La investigación ya había avanzado con el descubrimiento de restos humanos –hallados en octubre pasado en un predio militar– que después fueron identificados como los de Julio Castro, quien fue cofundador de la revista Marcha (publicación que reapareció tras la dictadura bajo el nombre de Brecha).

“Cualquiera que sea la pena pronunciada de forma definitiva, este proceso marca ya en sí una victoria del derecho y de la memoria. Pero la esperanza debe ir más allá de este acto judicial. Como lo expresó el nieto del periodista, Ariel Castro, en una entrevista que nos concedió, es claramente un cambio de actitud al servicio de la verdad sobre este periodo negro, que se reclama a los organismos públicos, en especial la institución militar. El acceso a la información sigue siendo [un reto esencial](http://es.rsf.org/uruguay-roger-rodriguez-la-erosion-de-la-18-05-2011,40306.html), en espera de la abrogación de la Ley de Caducidad”, declaró Reporteros sin Fronteras.

Juan Ricardo Zabala admitió haber llevado a cabo la detención y el secuestro de Julio Castro la mañana del 1 de agosto de 1977. Frente a la rápida agravación del estado de salud del periodista –que entonces tenía 69 años de edad–, víctima de la tortura, sus carceleros habrían decidió ejecutarlo con un balazo en la cabeza, según el juez encargado del caso, citado por la Agence France Presse (AFP). Aún no se esclarece la identidad del autor del tiro de gracia. Juan Ricardo Zabala es acusado de “complicidad de un homicidio muy especialmente agravado”, cargo por el que corre el riesgo de purgar una pena de entre quince y treinta años de prisión. Si bien el juez rechazó la petición de prescripción presentada por la defensa, éste se negó a citar a comparecer, por “falta de pruebas”, al ex coronel José Nino Gavazzo, responsable operativo del Servicio de Información y Defensa en la época en que ocurrieron los hechos. Éste, se encuentra actualmente en prisión por otros casos de violaciones de los derechos humanos.

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