«Lo que ocurrió el 25 de enero fue un levantamiento que realmente empezó a formarse hace 10 años con el creciente movimiento de resistencia contra el régimen de Mubarak, un régimen que se caracterizó por tener un aparato policial en expansión descontrolada, que se dedicó a torturar y reprimir la disidencia, un cuerpo político paralizado y una corrupción desenfrenada», dice Kouddous.

«La gente dice que se quebró la barrera del miedo, pero realmente creo que fue por la falta de esperanza. Y ese fue el regalo que le dio Túnez a Egipto: aquí está el sueño que buscan y se puede conseguir, aquí se encuentra la esperanza del cambio, si salen a la calle.»