Al mismo tiempo afirmó que tenía la impresión de que los partidos comprenden *»la seriedad de la situación»* y de que la reciente renuncia de Silvio Berlusconi cerró un periodo de divisiones que impedía al país centrarse en sus problemas.

El premier designado, un economista liberal de 68 años, dijo que pretende agotar el mandato del renunciante Berlusconi, que vence en marzo de 2013, y manifestó su *»deseo»* de que su gabinete también sume a políticos y no sólo a tecnócratas, como exige al partido de su antecesor en el cargo.

En virtud de estas exigencias, Monti dijo que comprendería que la dirigencia política prefiriera un gobierno exclusivamente de tecnócratas, pero agregó que *»lo que sí es indispensable es que haya un apoyo convencido a las características, los valores y la configuración del gobierno»*.

Los mercados reaccionaron inicialmente de manera positiva a la designación de Monti, aunque persisten dudas entre los inversores y entre las propias autoridades italianas y europeas sobre el enorme esfuerzo que demandará al nuevo gobierno recuperar la confianza general en la economía y las finanzas de la nación.

Los interrogantes se extienden también a Grecia, España y otros países del euro con problemas de deuda, y esta continua tensión se reflejó hoy en la caída generalizada de las bolsas europeas, incluyendo la de Milán, que bajó 1,99%, arrastrada por el anuncio de millonarias pérdidas del banco italiano Unicredit.

En otro acontecimiento que evidenció desconfianza, el Tesoro italiano recaudó hoy 3.000 millones de euros con una subasta de bonos, aunque pagando el mayor interés desde 1967.

Los inversores reclamaron un interés del 6,29% por los bonos, comparado con un 5,32% de la última subasta de títulos a cinco años, el mes pasado, informó el Banco de Italia en un comunicado.

Esta era la primera subasta de deuda pública italiana desde la dimisión de Berlusconi, el sábado pasado, y la designación de Monti para el cargo, por lo que era especialmente esperada por los mercados.

Los temores repercutieron también sobre la prima de riesgo de la deuda de Italia, que se mide con el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán del mismo plazo y que hoy se disparó a cerca de 500 puntos básicos en la reapertura de los mercados tras la dimisión de Berlusconi.

La prima de riesgo italiana cerró en los 492 puntos básicos, en un alza progresiva durante todo el día que alcanzó sus niveles más elevados en los últimos minutos de la sesión, la primera con Monti como premier designado, informó la agencia de noticias DPA.

El presidente italiano, Giorgio Napolitano, encargó ayer a este economista la formación de un gobierno post-Berlusconi capaz de implementar reformas económicas prometidas a la Unión Europea (UE) para ahuyentar temores de un default de la deuda soberana de Italia, que constituye el 120% de su PBI.

Entre estas medidas a aplicar se incluye un plan de ajuste aprobado el fin de semana pasado por ambas cámaras del Parlamento luego de una intensa presión de los mercados y de una rebelión política oficialista que obligó a Berlusconi a renunciar luego de días de negarse a hacerlo.

Monti, su designado reemplazo, quien la semana pasada fue nombrado senador vitalicio, prometió ayer trabajar con «sentido de la urgencia» para formar su gabinete de ministros, pero también dijo que se tomará el tiempo necesario para que su equipo sea el mejor posible.

Antes de designar a Monti, Napolitano realizó sus propias consultas con las fuerzas políticas, que se mostraron dispuestas a dar su apoyo a un Ejecutivo presidido por el ex comisario europeo, a excepción de la Liga Norte, ex socios de Berlusconi.

Monti, quien durante 10 años fue comisario europeo, inició las consultas políticas recibiendo en el Senado a partidos con la menor representación en el Parlamento, mientras que mañana tiene previsto reunirse con las principales fuerzas políticas, el Pueblo de la Libertad (PDL), de Berlusconi, y el Partido Demócrata (PD).

El primer ministro designado se entrevistará también mañana con los líderes de los sindicados, cuyo apoyo es crucial para la implementación de medidas económicas que la UE exige a Italia para reducir su deuda de 1,9 billones de euros y salir del estancamiento económico en el que se encuentra hace 15 años.

El presidente de la Cámara de Diputados, Gianfranco Fini, se mostró hoy confiado en que el nuevo gobierno de Monti reciba su confirmación parlamentaria para el viernes próximo.

La posibilidad de un default italiano tiene hondamente preocupados a los líderes de la Eurozona, pues el bloque, que ya otorgó multimillonarios préstamos de salvataje a Grecia, Irlanda y Portugal, sería incapaz de salvar a una economía tan grande como la italiana, la tercera de la zona euro, según analistas.

Al igual que en Grecia, donde la semana pasada asumió otro gobierno de tecnócratas, la esperanza es que estas administraciones de expertos sin afiliación a ningún partido tengan mayor capacidad para tomar las decisiones que, sobre todo por impopulares, hasta ahora no asumieron los políticos.

Por lo pronto, Monti deberá ahora formar su gabinete, presentar sus programa de gobierno y ver si efectivamente tiene, como se presume, el apoyo parlamentario necesario para gobernar.

La mayoría de los partidos le ofreció distintos grados de apoyo, incluyendo el PDL de Berlusconi, que no obstante dijo que quiere que su gobierno dure lo estrictamente necesario para zanjar las dificultades financieras y revivir la economía.