“La inestabilidad de los precios y el encarecimiento continuarían y podrían incluso agravarse”, dice el estudio que publican cada año la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Programa Alimentario Mundial (PAM/WFP) y el Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD).

Los temores prevalecen, a pesar de que para la campaña del 2011-2012 se prevea un aumento de la producción cerealera y de que los precios mundiales hayan disminuido respecto al pico de febrero pasado. Según las entidades de la ONU, “aumentarán aún las demandas de los consumidores en las economías en rápida expansión, la población continuará creciendo, y la difusión de la producción de biocombustibles en perjuicio de los alimentos agravarán las presiones existentes sobe el sistema alimentario”.