Tratar de entender lo que está sucediendo en Libia sin tener en cuenta la crisis mundial corre el riesgo de simplificar demasiado las cosas. Podríamos decir: «¡Es el petróleo, estúpido!», Y sería, por supuesto, correcto, pero sólo parcialmente. Gaddafi – sin duda no una buena persona, pero no peor que otros autócratas en la región – cometió el mismo crimen que Saddam Hussein. Intentó desafiar la hegemonía del dólar, al proponer que las transacciones de petróleo se realicen con el Dinar de Oro, una moneda como el Euro pero para toda África. Esto era eminentemente realizable, en particular debido a que Gadafi estaba sentado sobre una grande y bonita pila de oro. También haría a África económicamente independiente y menos disponible para su explotación.

Casualmente hace algunos años Saddam Hussein había trasladado sus operaciones de petróleo al Euro, y la OPEP estaba considerando hacer lo mismo. Muchos analistas creen que esto habría llevado a una caída en el valor del dólar de hasta un 40%. Y entonces los EE.UU. comenzaron a hablar de armas de destrucción masiva (ADM), que por supuesto esto lo era, al menos para el dólar. Esta moneda había abandonado toda pretensión de contar con el respaldo de oro en el año 1971 cuando Nixon decidió que no lo necesitaba, cancelando así de de manera unilateral la convertibilidad directa del dólar con el oro lo cual, básicamente, terminó con el sistema de Bretton Woods de intercambios financieros internacionales diseñados para evitar que naciones cayeran en quiebra e iniciaran guerras como Alemania con la 2ª Guerra Mundial.

En la actualidad hay muchos artículos y videos en YouTube que intentan explicar cómo funciona el sistema monetario mundial mediante la creación de deuda, tales como “El dinero como deuda” por el cineasta canadiense Paul Grignon y muchos otros. Básicamente bancos privados emiten dinero para préstamos que no existe, pero luego la cancelación de la deuda se debe hacer con intereses que son dinero que NO ha sido creado. Esto lleva a la escasez, la inflación y la pobreza de una parte de la población para que otra parte pueda pagar esos intereses.

Algunas de las propuestas vistas en estos análisis son interesantes, como la banca de interés del 0% con los gobiernos de los países en lugar de las instituciones financieras privadas como los únicos creadores del dinero en circulación, otras se pierden en los juegos de la culpa y las teorías conspiratorias que no aportan al debate. Que hay un Para-Estado económico que lo decide todo sobre nuestras vidas y nos explota no es un secreto para nadie, que la pobreza es creada por la concentración de la riqueza y el poder con el fin de garantizar la casi-esclavitud como mano de obra barata para seguir aumentando la concentración es ahora tan visible que sólo el miedo a caer hasta el fondo de la pila evita que la gente se rebele. Excepto en los lugares donde muchas personas están ya muy cerca del fondo, como en España y Grecia y otras varias «Primaveras» en marcha o en ciernes.

Aparte del petróleo y del oro Gaddafi estaba sentado en otra olla de «oro»: el agua. El sistema acuífero de Nubia es un gran mar subterráneo de agua dulce en Libia, Sudán, Chad y Egipto. Libia comenzó a utilizar este acuífero para empezar a transformar esta región en gran parte desértica. El agua así extraída y distribuida a través de «The Great Man-Made River» cuesta 1/10 del agua desalinizada. Varios organismos internacionales han participado durante varios años en ayudar al buen uso de los recursos. En 2004, un informe en el The New York Times hizo hincapié en el potencial de este proyecto para mejorar el ecosistema de Libia. Quizás esto haría a su líder más popular y difícil de eliminar.

Libia era uno de los siete países nombrados por el ex comandante de la OTAN en Europa Wesley Clark en 2001 como uno de los «objetivos» de los neoconservadores de US por estar, como Irak, fuera del control de la banca internacional. Fue el segundo en caer, quedan cinco en la mira: Siria, Líbano, Somalia, Sudán e Irán. Cualquier país que insista en tener control de su propio dinero y desafíe al dólar como patrón de oro en sí mismo puede tener problemas en el futuro, a menos que sea, por supuesto, China y se guarde más dólares de los que circulan por todo el mundo.

Parecería ser que vivimos en una sociedad como “The Matrix”, donde el dinero es real sólo porque creemos en él, pero las consecuencias de no tenerlo son bastante reales. Un niño que muere de malaria en África no muera de una enfermedad, sino de violencia económica, porque la cura ya existe, pero cuesta «dinero». Muchas personas están comenzando a ver a través de esta ilusión y están manifestándose y organizando picnics cerca de Wall Street y el Banco de Inglaterra preguntándose cómo comunicar a los demás la verdad sobre este engaño tan elaborado. Michael Moore comentó que los principales medios de comunicación son indiferentes o hacen silencio a este tipo de noticias. ¿Podría ser porque no hacen «dinero» con estas noticias o porque están ligados a las instituciones del «dinero»?

Tal vez la caída en cuenta más importante es que el dinero, este artículo de fe ilusorio, ha transformado a todos los ámbitos de la existencia humana: «He aquí la gran verdad universal: el dinero es todo. El dinero es gobierno, es ley, es poder. Es, básicamente, subsistencia. Pero además es el Arte, es la Filosofía y es la Religión. Nada se hace sin dinero; nada se puede sin dinero. No hay relaciones personales sin dinero. No hay intimidad sin dinero y aún la soledad reposada depende del dinero.
Pero la relación con esa “verdad universal” es contradictoria. Las mayorías no quieren este estado de cosas. Estamos pues, ante la tiranía del dinero. Una tiranía que no es abstracta porque tiene nombre, representantes, ejecutores y procedimientos indudables.
Hoy no se trata de economías feudales, ni de industrias nacionales, ni siquiera de intereses de grupos regionales. Hoy se trata de que aquellos supervivientes históricos acomodan su parcela a los dictados del capital financiero internacional. Un capital especulador que se va concentrando mundialmente. De esta suerte, hasta el Estado nacional requiere para sobrevivir del crédito y el préstamo. Todos mendigan la inversión y dan garantías para que la banca se haga cargo de las decisiones finales. Está llegando el tiempo en que las mismas compañías, así como los campos y las ciudades, serán propiedad indiscutible de la banca. Está llegando el tiempo del Paraestado, un tiempo en el que el antiguo orden debe ser aniquilado.
Parejamente, la vieja solidaridad se evapora. En definitiva, se trata de la desintegración del tejido social y del advenimiento de millones de seres humanos desconectados e indiferentes entre sí a pesar de las penurias generales. El gran capital domina no solo la objetividad gracias al control de los medios de producción, sino la subjetividad gracias al control de los medios de comunicación e información.» Silo: Cartas a mis Amigos, Editorial Plaza y Valdes.

E 15 de octubre la gente saldrá a las calles en muchos países del mundo para que suene una llamada de atención a un sistema que se está desmoronando, pero arrastrando también sus víctimas humanas. Las alternativas están ya sobre la mesa, experiencias bien probadas y nuevas propuestas circulan entre los fundadores de este nuevo amanecer para la humanidad, bajo el lema de Democracia Real Ya y aplicando la metodología de la No-Violencia Activa. En algunos lugares públicos habrá grandes asambleas, en otros pequeños grupos de personas que no se doblegan frente a la apatía, todas ellas inspiradas por la conciencia de que ya vienen grandes cambios y su dirección dependerá del trabajo que hagamos hoy juntos.