Pese a ello rescato algunos comentarios muy interesantes surgidos de la caja boba y que creo tienen un tufillo a sentido común primavera-verano 2011. ¿Nos aproximamos a un nuevo paradigma?

Daniel Tognetti, joven periodista argentino, aunque de una dilatada experiencia televisiva opinaba sobre el disparate que había significado el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz a Barack Obama, viendo las decisiones que tomara después. “Tampoco nos olvidemos que el Nobel de la Paz también se lo dieron a Henry Kissinger que dinamitó la mitad del planeta Tierra” sentenciaba.

Algo parecido sucede con Paul Krugman, en plena campaña de descrédito con la organización para la que trabajó durante años. Él denunciaba a los países europeos por la utilización de las recetas del Fondo Monetario Internacional, que demostraron sobradamente que no tienen ninguna intención de beneficiar a las mayorías, si no, por el contrario, ampliar la brecha que separa a los que más tienen de los desheredados. “Los países que están contrarrestando esta crisis sistémica son los que no le hacen caso al FMI” explicaba, al tiempo que señalaba a América Latina como el ejemplo a seguir.

Un continente que reunió a todos los ministros de economía de los países de la región para que juntos modelaran un plan de autonomía para protegerse de las crisis financieras venideras. Al tiempo de avanzar en la creación del Banco del Sur, un banco propio que permita contrarrestar los fondos especulativos llegados de fuera.

En Francia, el economista Kahn, del colectivo L´Alternative, se pronunciaba sobre la necesidad general de cambiar el sistema, de atacar a la raíz de este modelo de vida actual y planteaba las dificultades para plasmar ese consenso generalizado en una acción concreta, en un nuevo funcionamiento social.

Incluso el Papa, sí el Papa, durante su visita a los jóvenes cristianos en España habló de la necesidad de reestructurar la economía. “Atravesamos una profunda crisis de ética, no sólo económica” decía, al tiempo que promovía la ubicación del hombre en el centro de la economía y no a la inversa.

**El bien y el mal definen por penal**

Donde parece ser que el sentido común no se ha contagiado es en el Reino Unido, donde la Corte tomó la decisión de sancionar de manera ejemplar a los saqueadores que asolaron numerosas ciudades la segunda semana de agosto.

Valiéndose de la utilización como pruebas de mensajes de texto enviados por teléfono o cosas publicadas en internet (Facebook, Twitter, etc…) han condenado a penas de entre 6 años y algunos meses de prisión por cosas tan ridículas como: haber aceptado de regalo alguna prenda proveniente de los saqueos, 3 años de prisión para una chica por haber robado una prenda de ropa interior, 4 años para dos chicos que convocaron por facebook un saqueo –hecho que no llegó a producirse-, 6 meses a un hombre por llevarse botellas de agua mineral. La lista es larga y el desvarío es atómico, apena pensar que otros países puedan utilizar este antecedente para perseguir y punir infracciones irrelevantes fomentando un estado paramilitar y paranoico.