tenía previsto un recorrido de apenas
dos kilómetros y al llegar a la Puerta del Sol, con sólo recorridos 600 metros, se frenó al toparse con los miles de fieles católicos.

Ambos grupos intercambiaron improperios e insultos antes de las 22:00 horas, ante lo cual la
Policía fue desalojando a los peregrinos de la plaza. Después, como la mayor parte de los miembros
de la marcha laica seguían en Sol, empezó a golpear a la gente para despejar la plaza, cosa
que consiguió en una media hora, realizando numerosas detenciones. De todos modos, muchos
manifestantes continuaron enfrentándose con los policías en las inmediaciones de Sol durante unas
dos horas, hasta que la situación en la plaza se normalizó hacia las 00:20 horas, aunque la Policía
instaló vallas en las bocacalles de la plaza para evitar que volviera a entrar gente.

*»¡Esta plaza no es del Papa!»* es uno de los cánticos principales.

Este encuentro de dos muchedumbres de distinta ideología y actitudes llevó a que se vivan momentos de tensión entre los diversos grupos.

Los problemas se sucedieron enseguida de iniciada la marcha, al llegar a Puerta del Sol, donde la
cabecera avanzó protegida por las dotaciones policiales, quedando apenas policías para evitar el
roce entre laicos y fieles.

Y así, en sólo unos minutos se organizaron dos bandos de miles de personas que colapsaron la
plaza emblemática, con posiciones muy determinadas y diametralmente opuestas. Separados por
el cordón policial creado, los laicos gritaban frases como *»¡Esta plaza no es del Papa!»*, *»¡Menos
religión y más educación!»* y *»¡Esa mochila la he pagado yo!»* y diversos peregrinos respondían,
exaltados, mostrando a los laicos con sus crucifijos y sus rosarios: *»¡Benedicto, Benedicto!»*, *»¡Esta
es la juventud del Papa!»* y *»¡Yo soy español, español, español!»*. Pero hubo más, los laicos
respondieron mostrando un preservativo. En otro momento le han gritado otras cosas al Papa e
incluso a hecho un cántico con *“Pe-de-ras-ta”*, repitiéndolo. Por su parte los fieles respondieron de
diverso modo, un grupo de asiáticos se puso a rezar, y los laicos muy molestos acusaban de que *’eso
no lo han hecho en otras partes’*. Así que el encontronazo estaba servido.

Y el intercambio de soflamas y cánticos habrá durado una hora, o sea, lo que tardó la Policía
en desalojar a los peregrinos, pero sin cargar contra ellos. Hacia las 21:00 horas, al grito
de *»¡Esta plaza es nuestra, de aquí no nos echan!»*, los manifestantes tomaron toda la Puerta
del Sol, sin moverse de ahí hasta que,pasada una hora después, la Policía empezó a cargar sin
contemplaciones contra la gente.

De modo que un posible encuentro pacífico frente a frente de dos credos, dos sensibilidades,
termina en encontronazos y refriegas policiales. Algo que podría haber sido mucho peor. Así que a
no exagerar. Justamente lo que quieren mostrar, que las manifestación de reclamos llevan a eso, al
disturbio, y no queda claro el reclamo, que no es otro que oponerse a semejante gasto y presencia
de autoridades estatales en un evento *“organizado por una institución privada”*. Pero, lo más
importante, es que muchos tenían desde siempre sentimientos de este tipo, pero estaban callados.
Ahora se manifiestan, eso es lo que ha cambiado (!).

La organización critica a la Policía por su *»falta de previsión»*.

Ahora bien, la cabecera de la manifestación pudo completar los dos kilómetros previstos, allí iba
el portavoz de Redes Cristianas, que destacaba como éxito la convocatoria antes de la batalla
campal con la Policía, resaltando que: *»Es un altavoz para despertar la conciencia de este país»*.

*»No somos un país teocrático, sino democrático»*. Esta organización, de raíz cristiana, fue una
de las tres organizadoras de la marcha junto a Europa Laica y la Asociación Madrileña de Ateos
y Librepensadores. Núcleo al cual se suma el Movimiento 15 M, al haberlo propuesto en sus
numerosas asambleas barriales, denunciando el manejo económico del evento.

**Choques**

Según sus estimaciones, *»las 20.000 personas que participaron habrían podido llegar al final del
recorrido muy bien, de no haber sido por las provocaciones de los peregrinos y la falta de previsión
policial, que se vio desbordada por la gran afluencia de manifestantes»*.Siete personas resultaron
heridas, dos de ellas agentes de Policía.

Hay detalles como cuando un grupo de adolescentes franceses, escoltados por un cura, preguntaba
a gritos de los manifestantes, con los rosarios y paquetes de tabaco en alto: *»¿Por qué hacéis esto?
Venimos y compramos comida, regalos y tabaco»*. Cerca, más adelante, otro grupo parroquial con
banderas de España entonaba cánticos ante la sonrisa cómplice del cura acompañante: *»La de
Benedicto, la de Benedicto, cantadles la de Benedicto»*, les jaleaba el religioso. Pero, los mayores
vítores de la manifestación los levantó un *’papamóvil artesano’* tirado por dos bicicletas con un
imitador del Papa y dos monjas a su lado. *»¡Qué se besen!»*, gritaban los asistentes a su paso. En fin,
la imaginación no ha faltado.

Hay opiniones muy variadas, un comerciante de 38 años dice: *»No estoy de acuerdo con la visita
de ningún Papa ni de ningún líder religioso. Tenemos derecho a la religión que queramos, pero no
a que nos la impongan. La religión católica es una mafia mundial. Utilizan la fe para nutrirse de
ignorantes»*. Junto a él, Miguel, oficinista de 37 años, asentía. *»No nos gusta la visita porque utiliza
fondos públicos, edificios públicos y obliga a trabajadores a suspender sus vacaciones para ponerlos
al servicio del Papa»*.

Por su parte los organizadores creen que la marcha sirvió para despertar conciencias (sea lo que se
entienda por esa expresión).

De parte de las autoridades ha habido un amplio abanico, desde *“es una provocación”* (la marcha
laica) a hay que *»respetar a todos aquellos que ven al Papa como referente, de la misma forma que
hay que respetar a aquellos que cuestionan sus postulados»*, en cuanto al motivo de la manifestación
laica, el gasto, *»no estaría justificado»* porque, destacan, los beneficios *»pueden ser mayores que los
gastos que ocasiona a las arcas públicas»*. Aunque el trasfondo que se percibe es que se espera que
el Papa no critique al gobierno como en tiempos pasados, acusando de *“el laicismo militante”* que
supuestamente existe en España, semejante –según él– al que hubo en los años treinta en este país.
Que no es poco. Ahora la relación parece muy armoniosa, pues habría un acuerdo total entre las
autoridades eclesiásticas y gubernamentales, de respeto por opiniones en un estado aconfesional.
Quien lo diría. Será que por la mentada crisis, no se quieren más frentes, pues el enfrentamiento de
hace pocos años el clero español ha sido sonado.

**Próxima marcha**

Tendremos después, de esta agitada marcha el miércoles pasado, otra mañana sábado desde Sol
hasta Atocha, ¿Qué pasará? El determinismo de los manifestantes de su derecho a la vida laica
queda expresamente claro.

Por otra parte un sacerdote y sociólogo, comenta ante las cámaras que *“el gran problema de la
Iglesia es la falta de vocaciones, a todo nivel, no hay aspirantes sacerdotes ni a monjas por ningún
lado, y estos eventos públicos, aunque llamativos, no favorecen al aumento de vocaciones”*, las
informaciones dicen que bajan marcadamente las vocaciones en Europa y crece algo en las Américas, África y Asia. De modo que aquí hay algo que no funciona. Pero que interesante que se pasen
las diferencia por la calle. Ante todo esto, uno se acuerda de esas cosas leídas, y piensa que quizás ha llegado el momento de aquella propuesta de S. Kierkegaard: *“un cambio de fe”*.