Los manifestantes partieron de la glorieta de Atocha pasadas las 19.00 coreando las
consignas que ya se han convertido en clásicas: *»El pueblo unido jamás será vencido»*
y *“¡Que no, que no, que no nos representan!”*. Pasadas las 20.30, los primeros han
llegado a Sol, donde los recibía una pancarta que rezaba *»Bienvenida, dignidad»*.

Posteriormente, algunos manifestantes han emprendido la vuelta desde Sol a sus
localidades de origen, en autobús, mientras que varios centenares han preferido
dirigirse hacia las inmediaciones al Congreso de los Diputados, donde se han sentado al
grito de *»Este edificio es del pueblo»*. Después se han desplazado hasta la parte posterior
de la cámara. Mientras, un fuerte despliegue policial protegía el perímetro del edificio a
la vez que los manifestantes recordaban a los agentes que *»los domingos no se trabaja»*.
Amagaron con quedarse. *»¿Habéis traído chaqueta? Vamos a pasar la noche aquí»*, les
gritaban a las decenas de policías presentes, de brazos cruzados. Desde allí, la mayoría
decidió regresar a Sol, donde permanecen varios centenares de personas y habían
programadas asambleas y grupos de trabajo, o al Paseo del Prado, para pasar la noche.

Esta vez, el lema destacado de la marcha es *“No es una crisis, es el sistema”* o, en
clave más poética, *»No es una crisis, es que ya no te quiero»*. En un ambiente pacífico
y festivo, los asistentes (jóvenes, familias con hijos, músicos, ciclistas, un grupo a favor
del pueblo sirio…) llevaban cientos de pancartas con los lemas conocidos en todas las
concentraciones desde el pasado 15 de mayo: *»Dormíamos, despertamos»*, *»Un mundo
sin muros»*, *»Parados, moveos»*, *»La banca al banquillo»*…

La marcha que partió de Atocha ha circulado haciendo numerosas paradas: una sentada
frente al Ministerio de Sanidad, otra delante del Congreso de los diputados -donde un

perímetro policial ha impedido que se acercasen-, abucheos frente al Ayuntamiento
(Municipalidad) de Madrid, el Banco de España… Algunos han pintado la fachada de un
banco Santander en la confluencia de céntricas calles importantes. Un grupo, ha ido por
otro lado accediendo a la cita por la calle peatonal.

Antes de la concentración las horas han sido tranquilas. El único incidente se ha
producido por la tarde, sobre la una, cuando un grupo de manifestantes decidió cortar
el tráfico en la plaza de Cibeles durante unos 20 minutos, porque los acampados se
quejaban del corte de agua de las fuentes y de los puntos de riego de los jardines y
no se podían ducharse ni cocinar. Una veintena de agentes de la policía trataron de
dispersarlos pero los manifestantes respondían coreando lemas como *»Se va a acabar la
paz social»*. Al final los activistas decidieron dejar fluir de nuevo el tráfico.

Tras 34 días de recorrido explicando las razones del Movimiento M-15 y celebrando
asambleas para recoger las demandas de los ciudadanos, en la llegada de los caminantes
a Madrid se ha notado el cansancio. Para corresponder a los aproximadamente 600
caminantes que desde el viernes van llegando a pie en Madrid, las asambleas de los
barrios les recibieron con los brazos abiertos, agua y comida y hubo lugares, como
Villa de Vallecas, que incluso les ofrecieron masajes para que se sintieran frescos en la
víspera de la marcha final.

**Foro social y nueva marcha**

Los manifestantes aprovecharon las concurrencia de tantos participantes para celebrar
un Foro abierto en pleno Parque del Retiro para intercambiar propuesta del necesario
cambio social que proponen. Tuvieron entonces la inesperada visita del Premio Nobel
Sr. J. Stiglitz que tuvo palabras elogiosas para las protestas deseándoles la ‘mejor
suerte’. Tanto el como los manifestantes se sintieron emocionados por su presencia que
recomendó ‘diálogo’ y liderazgo’, para ‘conseguir cambios en un proceso que, en su
opinión, ‘va a ser muy difícil porque llevamos 30 años inmersos en otros debates’.

Para los manifestantes este Foro abierto es una muestra más de que el
Movimiento ‘sigue vivo’ y dentro de su estrategia de propuesta el Movimiento convoca,
este 26 de julio, el comienzo de otra marcha que terminará en Bruselas. Nada menos.