Pero la sintonía ya ha ido más allá de las fronteras. Esta repercusión internacional ya se anunciaba la noche del 20-M cuando, en más de 700 puntos de los cinco continentes, otros jóvenes, principalmente españoles, apoyaban a sus coetáneos de Madrid.

En este corto tiempo el 15-M ha cosechado numerosos logros, entre ellos resistir las presiones del poder para disolverlo, y se ha fortalecido enormemente. Los desalojaron furtivamente aquella noche y volvieron a instalarse en Sol al día siguiente. La Junta Electoral los prohibió, y se mantuvieron. En el día de reflexión pre-electoral miles de indignados decidieron reflexionar juntos y en las plazas, cosa “totalmente prohibida”. El día de las elecciones, muchas plazas eran un hervidero de opiniones políticas, otra cosa “prohibidísima”. Después llegó el intento de desalojo de la Plaza Catalunya en Barcelona, que resultó un fracaso rotundo del poder político y la policía. Allí los acampados, una vez más, mostraron su alto poder moral al resistirse de forma no-violenta a la violencia de los represores -me conmueve seguir viendo esos videos donde la policía es capaz de golpear fríamente a quienes no responden violentamente-. Ese día el poder establecido perdió toda fuerza moral, toda credibilidad, al golpear a sus hijos que, con las manos desnudas y los brazos en alto, aguantaban la provocación, resistiendo la violencia. El movimiento 15-M ha elevado su altura moral por encima de sus represores. La batalla ya la han ganado en el corazón de la gente.

Se percibía cómo la policía buscaba la confrontación: esa mínima respuesta violenta para poder dar rienda suelta a su máquina de golpear y así justificar una represión más dura. Allí se evidenció el punto más débil de este sistema: “no está preparado para la lucha no-violenta”. Los poderes pueden llegar a ser los “más violentos”, aparentemente invencibles, pero están temerosos, indecisos, sin saber qué hacer, ante las respuestas no violentas.

El 15-M está aportando muchas cosas novedosas. Recoge aspiraciones que vienen de atrás. A los más viejos nos recuerda Mayo´68, pero también otras revoluciones pacificas y no-violentas como la primavera de Praga, la revolución de los claveles y otras más cercanas de la primavera árabe, Túnez o El Cairo.

En este inédito fenómeno lo que me parece que es el aporte más importante, más allá de las movilizaciones, las acampadas, el contagio entusiasta, las propuestas y reivindicaciones, … más allá de todo esto, lo novedoso es que se está haciendo pacíficamente. Más que eso: se está yendo más allá del pacifismo tradicional, se está ejercitando y desarrollando la metodología de la no-violencia activa. Lo que está sucediendo no sólo es un pacifismo resistente. Ya Gandhi utilizó la no-violencia para expulsar de la India al imperio británico, la mayor potencia de la época. Pero, de igual manera, aquel gran poderío militar no tenía “armas“para luchar contra la no-violencia.

*He visto como les brillaban los ojos, se les ampliaba la respiración y levantaban los brazos en esos aplausos silenciosos en las asambleas de Sol al escuchar sobre las luchas de otros indignados en Atenas, en Paris, en Barcelona, en Casablanca, en Lisboa, en Santiago de Chile o en Estambul. En todos ellos percibo una aspiración que va más allá de la lucha por mejorar las condiciones de su barrio, su ciudad o su país. Es una aspiración mundializadora. Aspiran a que el 15-M contagie a todo el planeta.*

Quizás, por primera vez en la historia, estemos ante el hecho de que una generación se sintonice, se conecte, tome conciencia de su poder, despierte y se proyecte revolucionariamente a nivel mundial.

Pero para que esto fuera posible una condición imprescindible es que no se abandone en la hoja de ruta la dirección de la no-violencia.

No hay que ser ingenuos, pues todo el sistema se va a poner en contra. Van a tratar de manipular, infiltrar, deformar, corromper, desviar, influir, desprestigiar, perseguir e incluso pueden llegar a anular a seguidores. Sus métodos violentos son amplios. Pero no tienen “metodología”, no están entrenados, para luchar contra la no-violencia organizada. Esa es la mejor arma del 15-M.

Voy más allá. Si el 15-M se mantiene, profundiza y desarrolla la metodología de la no-violencia, adaptándola a este momento histórico, combinando el mundo virtual de las redes sociales e internet con la experiencia de la acción en los barrios, la acción local y el contacto existencial con la gente, recuperando el contacto a nivel humano, donde el “yo” se combina con el “nosotros”, el 15-M se abrirá a otros países y culturas y llegará a mundializarse. Será imparable como fuerza de la naturaleza. ¿Cuán rápido será ese proceso? Esto es difícil de pronosticar. Pero lo seguro es que se va en esa dirección.

¿Es posible que estemos asistiendo al despertar de una generación con conciencia mundial? La primera generación no-violenta que toma conciencia de sí misma en la historia humana.

En todo caso, tampoco importa si las cosas no suceden exactamente así, pues de todas maneras la huella de lo hecho y de lo que se viene será profunda. De todas las maneras lo avanzado servirá a las nuevas generaciones. De todas maneras la experiencia que estamos viviendo los que participamos en ello es imborrable.
Gracias amigos que estáis en Sol, en España y en el Mundo. Gracias amigos porque juntos iremos abriendo el futuro.