El sitio más caliente de esta aventura es Libia donde los enfrentamientos son abiertos y mueren personas cada día. Sin embargo es una historia mucho más compleja de lo que nos han querido informar ciertos medios informativos. Y no se trata de una serie de manifestaciones espontáneas como han sido calificados los movimientos revolucionarios que tumbaron a Ben Ali en Túnez y a Mubarak en Egipto.

Es importante rescatar el hecho de que el nuevo gobierno egipcio, de carácter interino, ha disuelto el sistema de inteligencia, uno de los pilares del régimen dictatorial de Hosni Mubarak. Los Servicios de Inteligencia son acusados de un buen número de asesinatos durante las manifestaciones antiMubarak y de haber organizado los saqueos, secuestros y torturas de manifestantes. También hay pruebas de que ellos han contratado mercenarios para que los acompañaran en esas tareas de desestabilización en el esfuerzo por mantener el gobierno de Mubarak en pie.

Bahrein, el país más pequeño y menos poblado de los que están viviendo luchas revolucionarias, lleva tres meses en estado de emergencia, lo que ha permitido al ejército y la policía hacerse fuertes en las ciudades y controlar a los manifestantes. Se les acusa de una decena de muertes y de usar una innecesaria violencia.

Bahrein es un país clave para el desarrollo de las acciones militares de Estados Unidos en la región, es en esas islas que está su base de asentamiento de la Quinta flota de Marines, por lo tanto no pueden descuidar a la familia Al Jalifa, perpetuada en el poder hace añares.

Los reclamos del pueblo bahreiní están focalizados sobre la discriminación sufrida por la mayoría chiíta, en manos de los sunnitas que ocupan todos los cargos importantes del reino. De hecho, tanto el ejército como la policía está integrada casi al completo por suníes, llegando a dar la ciudadanía a sunnitas traidos del extranjero para cumplir esas funciones.

Irán es el único país gobernado por chiítas en el Golfo Pérsico y es por esa razón que se les acusa de ayudar de forma económica y de armar a los manifestantes, acusación falaz pero que ha obtenido para el gobierno isleño la posiblidad de recibir 2000 soldados saudíes como refuerzos, avivando la tensión y provocando a la población. Que se ha manifestado de forma multitudinaria frente a la embajada de Arabia para dejar en claro que no es un problema que les atañe, si no que la disputa es entre el gobierno bahreiní y su pueblo.

Estos rifirafes han radicalizado las demandas de los manifestantes que ya no se conforman con una monarquía constitucional, sino que ahora exigen la remoción del rey.

Nada está ganado en este país petrolero, pero el mundo, su gente, decidió cambiar y el hartazgo por los usos históricos ha hecho perder el miedo a los pueblos árabes. Aunque los cambios no se vislumbren de manera inmediata y el proceso demore algunos años, ya nada volverá a ser como antes de este 2011 de sacudidas.