Pero eso no es todo. Este año, también hemos sido testigos de una inundación de información (lanzada a través de Wikileaks) acerca del funcionamiento oculto de los gobiernos, bancos, etc, dejando al descubierto la hipocresía y la desvergüenza de los poderosos. La información llegó por via de aquellos que levantan la perdiz cuando sienten que ya no se puede tolerar más la situación.

Una de las características que comparten estas rebeliones es que carecen de un liderazgo identificable. Incluso si fueron provocados (o activados) por las acciones de un pequeño grupo, cada uno parece haber encendido una expresión espontánea del sentimiento popular que ha llegado a un punto de ebullición. Esta rebelión es descentralizada. Los archivos codificados que Wikileaks guarda en la reserva como *»seguros»* se han distribuido a más de 100.000 personas! Esa es una enorme red sin una sede central. El año pasado, cuando Paypal bloqueó los pagos a Wikileaks, piratas informáticos ajenos al grupo aparecieron de la nada en su defensa e interrumpieron el servicio de Paypal.

Existe la tentación de buscar la causa y el efecto en esto. Por ejemplo, los cables diplomáticos publicados por Wikileaks parecen haber jugado un papel en el encendido de la rebelión de Túnez – aunque no en la forma en que se podría imaginar. Los Tunecinos sabían que su gobierno era corrupto y vivían simplemente resignados a ello. Lo que los cables revelaron fue una franca desaprobación de la corrupción por parte los diplomáticos de EE.UU., lo que parece haber despertado la esperanza de que los EE.UU. podrían al menos tácitamente apoyar una rebelión.

Pero tal vez todas estas formas de rebelión sean una expresión de algo más profundo. La rebelión como una corriente psico-social, un estado de ánimo, una actitud … un despertar. En las imágenes bellas e inspiradoras de la plaza Tahrir, hay un mar de caras jóvenes. Ciertamente, un cambio generacional es parte de la ecuación. Pero la multitud era diversa. Incluía musulmanes y cristianos, jóvenes y ancianos, los pobres y los profesionales. Muchas de las personas estaban orando. Fue su extraordinaria fuerza y calma nutridas por una nueva espiritualidad? Una espiritualidad sin fanatismo y comprometida con la no violencia?

El proceso en Egipto está lejos de terminar, la rebelión necesita de un encuadre claro y una dirección para orientar su potencial revolucionario. Pero ya no hay vuelta atrás, el ejemplo está ahí para que todos lo vean. El mensaje? Ya no es necesario resignarse en silencio ante la amargura. Es posible decir la verdad. Y cuando suficientes personas empiezan a hablar … El cambio es posible.

Mark Twain, en *»Un yanqui de Connecticut en la corte del rey Arturo»*, escribe sobre un norteamericano transportado desde 1889 a la Edad Media. Se sorprende ante la aparente voluntad de la gente pobre de ese tiempo de colaborar con su propia opresión. A continuación, el visitante del futuro comienza a hablar abiertamente con un campesino sobre los abusos de un viejo Barón que ha sido asesinado por uno de sus súbditos y transforma al campesino. Antes (por temor a las represalias), el pretendía tomar partido por el Barón con entusiasmo, hasta el punto de perseguir y matar a sus propios familiares. Pero de repente comienza a hablar de su verdadera opinión. Entonces dice: *»He dicho las palabras. He dicho las palabras! Las únicos que han sabido bien en mi boca y la recompensa de ese gusto es suficiente. Guíame … aunque me lleve al cadalso, porque estoy listo.»*

El viajero del tiempo continúa: *“Allí estaba, como ven. Un hombre es un hombre, en el fondo. El abuso y la opresión de todas las edades no pueden extirparle su condicion humana…»*

Los valientes rebeldes de este tiempo han dichoe las palabras y la verdad está a la vista.

*El cambio es posible.*