El servicio británico de Asesoramiento de Defensa (DA, por sus siglas en inglés) pidió este sábado a los editores de los diarios informar si prevén la publicación de los archivos.

Un vocero de Downing Street 10, sede del Ejecutivo, opinó que los medios británicos deberían preocuparse por las consecuencias de filtrar informaciones sobre las operaciones militares de Reino Unido.

La fuente descartó, sin embargo, cualquier acción judicial en contra del Gobierno por suprimir la publicación de tales documentos.

El Departamento de Estado norteamericano alertó el viernes último a gobiernos aliados sobre la eventual filtración por Wikileaks de miles de documentos sensibles, una ofensiva diplomática de la Casa Blanca calificada de frenética por el periódico The Independent.

La página web independiente, fundada por el australiano Julian Assange, prometió que divulgaría en breve cerca de tres millones de archivos relacionados con correspondencia diplomática entre el Departamento de Estado norteamericano y embajadas en el exterior.

Según The Guardian, Wikileaks coordina con distintos medios internacionales la posible colocación en Internet de los documentos secretos, lo cual podría ocurrir el lunes próximo.

Un portavoz del primer ministro David Cameron rehusó referirse a la naturaleza de las confesiones prometidas por el portal, que es perseguido por el Pentágono y los servicios de Inteligencia estadounidenses.

Obviamente el Gobierno de Londres ha sido informado por el embajador de Estados Unidos, Louis Susman, en cuanto al contenido probable de estas filtraciones, pero no quiero especular, se limitó a comentar el vocero.

El portavoz del Departamento de Estado norteamericano P J. Crowley advirtió a Londres que la divulgación de los cables pudiera erosionar la confianza de un socio diplomático.

De cualquier manera, las nuevas revelaciones preocupan también a Reino Unido, el más fuerte aliado de Estados Unidos en las guerras que libra junto a la OTAN en Afganistán (2001) e Iraq (2003).