Entre los paneles, abrían los fuegos los “históricos” de los partidos de centro e izquierda chilenos, entre los que fue invitado el humanista Tomás Hirsch.

Mientras parlamentarios y ex ministros de Gobierno, como Mariano Ruiz Esquide o Francisco Vidal, expresaban su preocupación por la baja en porcentajes de la Concertación, los diputados críticos o “díscolos” que habrían acelerado la derrota ante la derecha de Sebastián Piñera, o los partidos de izquierda, cuyo “individualismo”, al llamar a votar nulo o abstención, habrían ayudado también en este proceso; el mensaje del humanista llegó a desordenar el panel autocomplaciente de los representantes de la antigua Concertación.

Hirsch manifestó su sorpresa al *“escuchar porcentajes más o menos, sin hacer una real autocrítica, asumiendo el fracaso”*.

El humanista se remontó a los años 90s, cuando tras haber derrotado a la dictadura *“con un proyecto transformador en común”*, los grandes partidos se fueron preocupando sólo *“de los cargos y de cómo desmantelar al movimiento social”*, lo que lleva a la tienda naranja, a dejar la Concertación de partidos por la Democracia en 1993. *“Desde ahí, era la crónica de una muerte anunciada”* afirmó Hirsch.

Al mismo tiempo, Hirsch afirmó que los partidos de izquierda como el Humanista, debían reconocer su propio fracaso, al *“no haber logrado consolidar una alternativa real desde ese lado del espectro social y político”*.

Ante el futuro, el humanista realizó un análisis de la realidad política global actual, con partidos políticos *“híbridos, en que la izquierda ya no es tal, ni la derecha es tan derecha”*. Desde ese mundo marcado por la globalización banquera y empresarial, surge la pregunta del *“¿para qué unirnos?, ¿por un mero cálculo? No gracias”* les respondió a los demás panelistas, uno a uno, generando risas nerviosas entre el público de la ‘izquierda exquisita’.

*“Digo que sí, si es para cambiar el sistema económico y social inhumano, para re-nacionalizar nuestro cobre, para generar participación real de las nuevas generaciones, para cambiar la actual relación del Capital y el Trabajo, para descentralizar el país, todo esto, en base a un proyecto profundo y de futuro, que de sentido a nuestras vidas”* finalizó Hirsch sacando fuertes aplausos entre los asistentes al evento matutino.