Luego de su reciente estreno en Colombia, llega a la Argentina “Pecados de mi padre”, el documental argentino-colombiano sobre la vida de Pablo Escobar, el entonces narcotraficante más poderoso de Colombia. El mismo inaugura un punto de vista novedoso: la historia está narrada en primera persona por Sebastián Marroquín (hijo del capo narco, exiliado en Argentina), y los hijos de los políticos víctimas de Escobar, quienes por primera vez toman contacto e inician un proceso de reconciliación con su pasado y entre ellos.

Durante el rodaje, Marroquín les envía una carta en la que aclara sus objetivos: “No estoy acá sino para buscar la paz, para ayudar a construirla. Soy consciente del daño que mi padre con sus actos le ocasionó al país y a la humanidad. Siento dentro de mí que estoy arriesgándolo todo por este proyecto, pero tengo toda mi fe de que bien vale la pena hacerlo. No me importa tanto volver a Colombia como cambiar la manera de pensar de tan solo un joven que pretenda subirse a un pérfido y efímero sueño de riqueza, poder y violencia. Los invito a liberarnos de toda atadura que nos frene a la hora de exteriorizar lo que reside en nuestros corazones, de poder hablar y poder escuchar, de comprender que si seguimos embarcados en este tobogán de odios no habrá porvenir para nosotros, ni para el país”.

Juan Manuel Galán (hijo de una de las víctimas de Escobar y actualmente congresista en Colombia) le dio una lectura espiritual a la carta, reconociendo en el contenido una búsqueda de paz interior. Esto motivó una invitación formal, por la que Marroquín vuelve, tras 17 años de exilio, a su país natal. El film contiene archivos privados inéditos de la familia Escobar como videos, fotografías, cartas, documentos y hasta audio cassettes grabados hace más de quince años por el propio Escobar. La película está siendo distribuida y comercializada en los cinco continentes. Parte de los fondos que se recauden será donada a las fundaciones de las familias víctimas del narcotráfico en Colombia.