Los países acordaron también trabajar para invertir la tendencia a la baja de los fondos nacionales e internacionales para la agricultura y promover nuevas inversiones en el sector, mejorar la gobernanza de las cuestiones alimentarias a nivel mundial en asociación con las partes interesadas relevantes del sector público y privado, y a enfrentarse de forma proactiva a los desafíos del cambio climático y a la seguridad alimentaria.

**Voz de alarma**

En su intervención ante la Cumbre, el Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon denominó a la actual crisis alimentaria *»una voz de alarma para el mañana»*.

*»No puede haber seguridad alimentaria sin seguridad del clima»*, aseguró Ban.

*»Si los glaciares del Himalaya se derriten -advirtió-, se verán afectados los medios de vida y la supervivencia de trescientos millones de personas en China, y cerca de mil millones en toda Asia»*

*»Los pequeños campesinos de África, que producen la mayor parte de los alimentos del continente y dependen sobre todo de la lluvia, podrían ver sus cosechas mermarse un 50 por ciento en 2020. Tenemos que realizar cambios de envergadura para alimentarnos, y muy especialmente, para proteger a los más pobres y vulnerables»*, subrayó Ban.

**»Conquista trágica»**

Tras denominar a los más de mil millones de personas que sufren hambre en el mundo *»nuestra trágica conquista de la era moderna»*, el Director General de la FAO, Jacques Diouf, subrayo la necesidad de producir alimentos en el lugar donde residen los pobres y hambrientos e impulsar las inversiones agrícolas en estas regiones.

*»En algunos países desarrollados, entre el dos y el cuatro por ciento de la población pueden producir suficientes alimentos para toda una nación y además exportar, mientras que en la mayoría de los países en desarrollo, entre el 60 y el 80 por ciento de la población no logra cubrir las necesidades nacionales de alimentos»*, explicó Diouf.

*»El planeta puede alimentarse a sí mismo, siempre que se cumplan las decisiones tomadas y se movilicen los recursos necesarios de forma efectiva»*, añadió Diouf al pedir un incremento de la ayuda oficial al desarrollo, un mayor porcentaje del presupuesto de los países en desarrollo dedicado a la agricultura e incentivos para fomentar las inversiones privadas.

*»Eliminar el hambre de la faz de la Tierra requiere 44 000 millones de dólares EE.UU. anuales de ayuda oficial al desarrollo en inversiones en infraestructura, tecnología e insumos modernos. Se trata de una cantidad pequeña si se compara con los 365 000 millones en subvenciones a los productores agrícolas en los países de la OCDE en 2007, o los 1,3 billones de dólares que el mundo gastó en armamento ese mismo año»*, según Diouf.

El máximo responsable de la FAO recordó que *»en los últimos cinco años, diversos países de África, Latinoamérica y Asia han logrado reducir de forma sustancial el número de víctimas del hambre en su territorio». «Ello significa -añadió- que sabemos qué hay que hacer y cómo se debe hacer para derrotar al hambre»*.

*»En los países de bajos ingresos y déficit de alimentos, los programas y planes de seguridad alimentaria existen y están a la espera de fondos y voluntad política para hacerse operativos»*, explicó.

Diouf subrayó igualmente el hecho de que la seguridad alimentaria va más allá de la producción de alimentos. *»Necesitamos protección contra las plagas y enfermedades de plantas y animales que a menudo afectan directamente a la salud humana. Tenemos asimismo que hacer frente a situaciones de emergencia a causa de desastres naturales y conservar la base de recursos nacionales de la producción alimentaria para garantizar su sostenibilidad»*, añadió.