En el marco de las actividades de organizaciones sociales promotoras de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, representantes de la organización “Mundo sin Guerras” realizaron este Miércoles 7 de Octubre, un acto simbólico frente a la Embajada de Brasil, en la que se repudió, pública y tajantemente, las declaraciones del Vicepresidente de Brasil General José Alencar. Éste planteó la posibilidad de introducir en América Latina la más letal de las armas de destrucción masiva: las bombas atómicas. A ellas se suman los dichos de José Benedito de Barros Moreira en el año 2007, quién, mientras ejercía como Secretario de Política, Estrategia y Relaciones Internacionales del Ministerio de Defensa, no vaciló en justificar la posibilidad futura que Brasil desarrollara un artefacto nuclear para defender su patrimonio rico en agua, energía, alimentos y minerales.

Los asistentes, vestidos con overoles rojos y provistos de carteles que hacían alusión al desarme nuclear, leyeron un manifiesto público, en el que señalaron que el armamentismo no es, de ninguna manera, una forma de avalarse ante otras potencias, sobre todo en un momento histórico, en que éstas comienzan a dar un giro hacia el desarme nuclear y cambios más radicales.

A su vez, instaron al gobierno de Chile, encabezado por su excelencia la presidenta Michelle Bachelet, quien ha manifestado públicamente su fiel adhesión a potenciar y seguir el camino de la No Violencia activa, de la Paz y del desarme, así como al resto de las jefaturas latinoamericanas a repudiar la postura armamentista de estos altos miembros del gobierno brasileño. De igual manera, hicieron un llamado a la conciencia crítica y democrática del pueblo brasileño, a sus jóvenes, a sus creadores, a sus gobernantes, a no caer en el juego sin sentido del armamentismo y la violencia, puesto que no los protegerán de nada, no los avalarán ante otras naciones y sólo continuará con las desigualdades e injusticias que sigue viviendo nuestra América Latina.

Y aunque dentro del mismo acto se valoró la postura del actual ministro brasileño de Defensa, Nelson Jobim, quien aclaró que no existe la posibilidad de crear una eventual alianza nuclear con Irán, puesto que la Constitución brasileña prohíbe investigaciones sobre armas nucleares y, segundo, porque la nación es parte del Tratado de No Proliferación Nuclear, se exigió que el gobierno de Lula entregue, formalmente, una explicación a sus vecinos latinoamericanos de porqué el segundo hombre a cargo de la nación es partidario de tener en la región un arma con un alto poder de destrucción, convirtiéndose en una potencial amenaza para nuestro hemisferio y el resto del mundo.