En los días anteriores al viaje a Japón para participar en las ceremonias y los actos de Hiroshima y Nagasaki, surgió una reflexión relacionada con la Paz y la No Violencia; el hecho de participar en las celebraciones que conmemoran las bombas atómicas de 1945 me impelió a preguntar: ¿cuál sería la prioridad más inmediata y radical de un pacifista en el mundo actual?

Para buscar la respuesta, comencé por el extremo opuesto: ¿cuál podría ser la violencia más brutal contra los seres humanos? De inmediato, veo la imagen de la detonación de una bomba nuclear sobre la población de alguna ciudad del mundo. Siempre oigo a quien no cree en esa posibilidad, pero la amenaza nuclear es más alarmante que nunca, mayor incluso que en la época de la Guerra Fría, en las décadas de los setenta y los ochenta. Si antes las tensiones eran bipolares, entre norteamericanos y soviéticos, hoy los conflictos son multipolares.

Además, se ha extendido el acceso a la tecnología de destrucción atómica. Las más de 25.000 ojivas nucleares existentes hoy, a pesar de concentrarse en mayor número en los EE. UU. y Rusia, también se han extendido a países diversos, como Paquistán, la India o Corea del Norte, sin mencionar otras potencias militares, y existe el temor de que tales armas puedan caer incluso en manos de grupos paramilitares y terroristas.

Ante la amenaza de conflictos en los que se utilizaran armas nucleares, la prioridad del pacifismo sería eliminar tales armas. Partiendo de esta respuesta, me preparé para viajar a Japón del 5 al 10 de agosto, con el propósito de participar en las ceremonias de Hiroshima y de la conferencia de los Alcaldes por la Paz en Nagasaki, junto a una delegación de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. En la agenda no figurará solo el recuerdo de las tragedias del pasado, sino principalmente la propuesta de abolición de las armas nucleares en la próxima década.

*La Prefectura de Hiroshima ha invitado al editor de Pressenza, Alexandre Sammogini, al homenaje a las víctimas de la bomba atómica. El día 5 de agosto el periodista lanza oficialmente la agencia de notícias Pressenza directmente desde Hiroshima, en un acto simbólico en que se encenderá una antorcha de la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia.*

(Traducción del portugués al español: Pilar Royo)