A pesar de la violencia brutalmente desplegada en contra de ellos, a pesar de los gases, la detención, a pesar de ser arrastrados por los chorros del carro lanza-agua, golpeados en el suelo por las Fuerzas Especiales, de ser degradados por los medios de comunicación y tildados de delincuentes, a pesar de todo eso, los jóvenes chilenos, los estudiantes secundarios, mostraron ayer el coraje que tienen sus sueños, la fuerza de su demanda por una educación gratuita y de calidad, con una forma organizativa impecablemente no-violenta.

Son demandas las de ellos que por cierto el gobierno de Bachelet no sólo no ha cumplido, sino que ha maquillado distractivamente detrás de un proceso de supuestas reformas que no satisfacen en absoluto ni las necesidades del profesorado, ni menos de los estudiantes. Un gobierno que no asume su fracaso y compensa reprimiendo como en los peores tiempos de la dictadura, agrediendo con prepotencia y violentando, exacerbando el clima de confrontación…

Es la otra cara del anti-humanismo: la del «progresismo» represor. ¿O no es eso lo que vemos en este vídeo?