Por Hillel Schenker

El sábado 29 de mayo por la noche, fui uno de los aproximadamente 100.000 israelíes que respondieron al llamado a manifestarse en defensa de la democracia israelí que está siendo constantemente afectada por el gobierno de derecha. A pesar de los decepcionantes resultados de las elecciones, fue un primer paso, aunque tímido, en la movilización de la gran oposición a las políticas dirigidas por Netanyahu y sus socios. La plaza frente al Museo de Arte de Tel Aviv fue elegida como lugar de concentración por la preocupación de que no viniera suficiente gente a llenar la plaza de Rabin, un temor que resultó ser totalmente infundado. La plaza y todo el tramo de Shlomo Hamelech Blvd. frente al museo estaban llenos.

MK Ofer Shelah, la mano izquierda de MK Ya’ir Lapid, fue claramente la fuerza motriz detrás del evento, y abrió con una presentación muy fuerte. El ex Jefe de estado mayor de las FDI, MK Benny Gantz, que sigue intentando acostumbrarse al hecho de que ha entrado en la arena política, continuó con el estilo de hombre honesto y discreto de su campaña electoral, diciendo que esta era la primera manifestación en la que había participado, y declarando la necesidad de defender todas las instituciones democráticas, los tribunales, los medios de comunicación, la academia y la cultura de Israel, así como los derechos humanos individuales. Por primera vez se refirió a los derechos árabes, «el joven árabe de Sachnin», aunque se sintió obligado a equilibrarlo con «el joven colono de Ariel». Añadió que hay que volver al espíritu de los padres fundadores del país que redactaron la Declaración de Independencia, el espíritu de «Ben-Gurión, Begin, Rabin y Peres».

«¡No se lo permitiremos!»

Le siguió Lapid, que por alguna razón se sintió obligado a gritar a la multitud, tratando de imitar a Peter Finch como Howard Beale en el famoso discurso de Network– «Estoy loco como el demonio, y no lo soporto más». Su eslogan «¡Lo Niten!» (¡No se lo permitiremos!) fue uno de los 3 lemas que la multitud repitió una y otra vez, junto con «¡Busha!» de Tamar Zandberg. (¡Qué vergüenza!) y el «¡Ad Kan!» de Moshe Ya’alon (¡Hasta aquí!). Lapid decidió centrarse en los restos de las fuerzas posiblemente liberales dentro del Likud y sus aliados, llamando a cada uno de ellos por su nombre a enfrentarse a Netanyahu.

Usando los sombreros rojos de Fez, los manifestantes protestaron que Netanyahu está tratando de convertir a Israel en la Turquía de Erdogan. En el fondo hay una foto del primer ministro, con el título «Ministro del Crimen» que acompaña todas las manifestaciones contra sus prácticas corruptas.

El líder del Partido Laborista, MK Avi Gabbay, presentó un buen discurso, aunque nada del otro mundo, mientras que la líder de Meretz, MK Tamar Zandberg, fue la única mujer en la tribuna que habló «por todas las mujeres de la multitud», y fue la única que se refirió «al robo de tierras a los palestinos», y al hecho de que «por primera vez se ha puesto sobre la mesa el peligro de la anexión de territorio en Cisjordania».

«¡No pueden cambiar las cosas sin nosotros!»

La sorpresa de la noche para mí, y supongo que para la mayoría en la multitud, fue el hecho de que el siguiente orador fuese MK Ayman Odeh, jefe de Hadash-Ta’al. Aparentemente, se necesitaba una lucha entre bastidores, acompañada de una vigorosa campaña de medios sociales, para que la dirección del Partido Azul y Blanco de Gantz estuviera de acuerdo con esto. Odeh señaló que mientras esta era la primera demostración de Gantz, para él eran más de mil – «Soy un demostrador en serie», declaró. Y añadió que «si bien los árabes no podemos cambiar las cosas solos, no pueden cambiarlas sin nosotros», un comentario que, al menos a mi alrededor, fue recibido con un fuerte aplauso.

El siguiente, y muy emotivo orador, fue el general de brigada druso (Res) y el ex MK (¡por el Likud!), Amal Assad, quien dijo que la aprobación de la Ley del Estado Nacional el año pasado le había hecho cuestionar por primera vez su lugar en la sociedad israelí. Se pronunció firmemente a favor de garantizar el derecho a la igualdad para todos los ciudadanos israelíes. El último orador, el ex Jefe de Gabinete, MK Moshe Ya’alon de Azul y Blanco, demostró con dignidad por qué, a pesar de sus opiniones derechistas, es considerado un político honesto quien claramente quiere defender la estructura democrática de la sociedad israelí, y está indignado por la corrupción desenfrenada de Netanyahu y sus asociados.

El sábado por la noche fue la primera vez desde las recientes elecciones que la oposición israelí tomó las calles. Esperemos que sea el primero de muchos pasos en la lucha por salvar la democracia israelí. Y claramente no hay ninguna posibilidad de hacerlo sin poner sobre la mesa la necesidad de terminar la ocupación y la depravación del derecho igualitario de los palestinos a la democracia.

100.000 israelíes de todo el país se apiñaron en la plaza frente al Museo de Arte de Tel Aviv para manifestarse en defensa de la democracia.


Traducción del inglés por Sofía Guevara

El artículo original se puede leer aquí