El fin de las quejas de los Bororos no es para mañana. El abismo infraestructural entre estos nómades convertidos al sedentarismo y las poblaciones que los acogen es demasiado grande y a veces roza la marginalización y la negligencia.

Los Bororos en Camerún constituyen un gran grupo étnico singular que habla el mismo idioma y que forma parte de los grupos conocidos como minorías, provenientes del norte de Camerún y diseminados en las regiones del nordeste, del este, del oeste y del este. En estas localidades, regularmente se encuentran sometidos a violaciones de sus derechos. Provenientes de las regiones septentrionales de Camerún decenios atrás, se establecieron en varias regiones del país donde encontraron las pasturas para sus ganados. El hábitat compartido con las poblaciones receptoras hasta aquí siempre fue pacífico a pesar de los actos de persecución como los observados hace unos años en el departamento de Ndé, región del oeste de Camerún.

Abusados

Pero al visitar las comunidades Bororos, nos damos cuenta que todavía no tienen acceso a los servicios y la infraestructura de desarrollo esenciales para su bienestar. Al dirigirnos a la comunidad Bororos de Binjeng en el departamento de Donga Mantung, pudimos ver que estos no tenían, por ejemplo, acceso al agua potable. Los arroyos, los ríos y las napas de agua son sus principales puntos de reabastecimiento en agua potable. El relieve es favorable al acondicionamiento de puntos de agua: “Se puede, sin embargo, construir una pileta de recuperación en este arroyo e instalar una bomba que bombee agua hasta allá arriba donde están nuestras casas”, declara Ardo Sele, Jefe de la comunidad Bororos de Binjeng. En la búsqueda por querer dotar a la comunidad de agua potable, se les acercó en 2014 un político de la localidad quien se había propuesto hacer llegar el precioso líquido al campamento por medio de una canalización que se conectaría con una red existente de agua potable, situada a 5 km. Pero esta obra no podía convertirse en realidad sin que los beneficiarios no se pusieran con dinero. Es así que cotizaron una suma de 600 000 FCFA como exigía su benefactor, pero lamentablemente este enseguida se evaporó… Lo que hoy queda de este proyecto abortado en Bijeng es una zanja de unos 10 metros lineales cubierta de pasto.

Descuidados

El viento después se llevó el techo de la única escuela pública. A falta de medios para repararla ellos mismos, esta escuela de dos salas de clase permanece aún sin techo. Los alumnos y sus maestros siempre escudriñan el cielo para ver si el tiempo será o no clemente.

Divididos

Conscientes de que deben adoptar medidas para salir de la marginalización y del enclavamiento, los Bororos habían creado una asociación sólida con el objetivo de optimizar sus derechos y promover el desarrollo de su comunidad, denominada MBOSCUDA. Varias comunidades Bororos hoy son ayudadas gracias a esta asociación que funciona únicamente con los medios que dispone. Esta voluntad de los MBOSCUDA de querer sacar a los Bororos de las sombras se vio perturbada hace poco más de un año por otra fracción, una asociación de defensa creada con el impulso de un hombre de negocios bororos. Los Bororos vieron en esta asociación la idea de división y por eso las reticencias de algunos que se ofuscaron por el hecho de que les pedían que donaran un buey para adherir a la nueva asociación. Este criterio de adhesión fue considerado como exagerado por más de uno. Sin embargo, son cameruneses de pleno derecho que contribuyen a su manera al desarrollo de este país a través de sus actividades de pastoreo. No obstante, la Constitución es clara con respecto a las minorías y los autóctonos en cuanto afirma que el Estado debe asegurar “de conformidad con la ley, la protección de las minorías debe preservar a las poblaciones autóctonas”.