En un movimiento que resuena en la escena geopolítica internacional, China expresó oficialmente su respaldo a la integración de Palestina en los BRICS a finales de septiembre de 2025, apenas días después de que la Autoridad Nacional Palestina formalizara su solicitud para unirse al influyente bloque. Esta postura, confirmada por el portavoz chino del Ministerio de Exteriores, Guo Jiakun, marca un episodio singular en el contexto de la lucha palestina por el reconocimiento internacional y la configuración de un orden mundial más multipolar.

“El bloque BRICS mantiene la apertura a la participación de socios afines a su proceso de cooperación y damos la bienvenida a la participación de Palestina en los mecanismos de diálogo, en aras de avanzar juntos hacia un sistema global más justo y equitativo”, sostuvo Guo Jiakun en Beijing el 25 de septiembre de 2025. Con estas declaraciones, China subrayó su apoyo no solo a la incorporación de nuevos miembros, sino también a la visión de una gobernanza internacional menos dependiente de Occidente y más orientada hacia el Sur Global.

La solicitud palestina —presentada oficialmente por el embajador Abdel Hafiz Nofal en Moscú— fue remitida a los países que componen actualmente el bloque BRICS, ampliado en enero de 2024 con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. En total, los BRICS reúnen hoy a cerca de la mitad de la población mundial, controlando más del 40% de la producción planetaria de crudo, y se consolidan como referente económico, político y diplomático alternativo a los espacios tradicionales liderados por Estados Unidos y la Unión Europea.

China enfatizó que la participación palestina podría comenzar en calidad de país observador o invitado, una fórmula que permitiría avanzar en la agenda de cooperación y proyección internacional de Palestina, mientras se ajustan los mecanismos internos del bloque para una eventual membresía plena. Esta apertura fue valorada en Ramala como “un paso estratégico fundamental para que la causa palestina gane peso en las instancias multilaterales y en el desarrollo de alianzas Sur-Sur”.

El contexto de este respaldo no es ajeno a las persistentes tensiones en Medio Oriente y la intensificación del conflicto palestino-israelí, especialmente tras los recientes episodios de violencia en Gaza y Cisjordania. El apoyo chino coincide con una ofensiva diplomática palestina que, a la par de la búsqueda de reconocimiento pleno en Naciones Unidas, apunta a insertarse en mecanismos internacionales alternativos donde el peso del veto occidental sea menor.

Analistas internacionales advierten que la postura de Beijing constituye tanto una señal de solidaridad hacia Palestina como una pieza de una estrategia más amplia de desafío a la hegemonía occidental. Para China, la expansión del BRICS y la inclusión de los países árabes y musulmanes consolida su liderazgo en el Sur Global y fortalece su influencia en regiones donde convergen intereses energéticos, comerciales y diplomáticos.

La decisión final sobre la aceptación de Palestina recae ahora en el resto de los miembros del bloque, entre los que se cuentan actores tan diversos como Brasil, India, Sudáfrica y Rusia, además de las recientes incorporaciones. En todos los casos, el factor de consenso jugará un papel decisivo, en un proceso que podría transformar de manera duradera la arquitectura de la representación internacional palestina.

La señal china, en definitiva, reconfigura el escenario de alianzas y representa un espaldarazo para una Palestina que busca protagonismo fuera de los marcos tradicionales. Bajo el paraguas del BRICS, la causa palestina podría encontrar nuevas rutas para su desarrollo económico, político y diplomático, apoyada por el respaldo firme de una de las principales potencias globales.