El lunes 24 de agosto de 2025, el hospital Nasser, el principal centro médico del sur de Gaza ubicado en la ciudad de Jan Yunis, fue blanco de un violento ataque aéreo israelí que causó la muerte de al menos 20 personas, entre ellas cuatro periodistas internacionales y varios trabajadores humanitarios y civiles. Este ataque se desarrolló en dos momentos: primero fue bombardeado el cuarto piso del hospital y, posteriormente, mientras equipos de rescate, periodistas y personal médico se encontraban en el edificio tratando de salvar vidas y recuperar cuerpos, Israel lanzó un segundo bombardeo en vivo, destruyendo esa zona y causando más víctimas fatales.
Los periodistas fallecidos fueron Hossam Al Masri (camarógrafo independiente para Reuters), Mohamed Salama (camarógrafo de Al Jazeera), Mariam Abu Daqqa (reportera independiente colaboradora de AP y otros medios) y Moaz Abu Taha (reportero de NBC). Los periodistas utilizaban un punto estratégico en una escalera de incendios del hospital para retransmitir en vivo, especialmente por la buena conexión eléctrica e internet que allí había y desde donde podían grabar con una vista hacia el este de Jan Yunis. Las imágenes difundidas muestran claramente la llegada de rescatistas y periodistas al lugar del primer impacto para auxiliar a las víctimas cuando se produjo el segundo ataque aéreo israelí.
El director del hospital Nasser, Saber al-Asmar, denunció la crítica situación de los centros sanitarios en Gaza, que funcionan con recursos mínimos y están sobrecargados de pacientes, muchos de ellos refugiados que han buscado en estos hospitales un lugar seguro. «Puedo ver el miedo y el horror en los rostros de los pacientes, que se supone que deberían estar en un lugar con protección internacional», afirmó, subrayando que ahora los pacientes temen incluso sentarse en la entrada del hospital por miedo a nuevos ataques.
El ejército israelí justificó el ataque defendiendo que el objetivo era una amenaza potencial a sus tropas y aseguró lamentar cualquier daño colateral a personas no involucradas. También afirmó que no atacan a periodistas como tales y anunció una investigación interna. Sin embargo, este doble ataque al hospital, que afectó de manera directa a periodistas y equipos de rescate, ha sido condenado y señalado por organizaciones internacionales y medios como un acto brutal y una grave violación del derecho internacional humanitario.
Violaciones y crímenes de guerra cometidos en el ataque
Este ataque doble al hospital Nasser en Gaza constituye un conjunto grave de crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad reconocidos en el marco del derecho internacional. Entre las violaciones se incluyen:
– Ataque a infraestructura sanitaria protegida: El hospital es una instalación humanitaria protegida por los Convenios de Ginebra; atacarlo directamente es ilegal y criminal.
– Ataque contra personal sanitario y equipos de rescate: Los médicos, enfermeros y bomberos están amparados y no deben ser objeto de ataques.
– Atacar periodistas en ejercicio de su profesión: La muerte de periodistas en acto de cubrir y denunciar el conflicto viola el derecho internacional y pone en peligro la libertad de prensa y el derecho a la información.
– Bombardeo indiscriminado y uso desproporcionado de la fuerza: El segundo ataque ocurrido mientras había civiles y rescatistas incumple el principio de distinción y proporcionalidad.
– Muerte de civiles y pacientes vulnerables: La población civil y los pacientes que buscaban refúgio en el hospital sufrieron daños evitables.
– Obstrucción a la labor humanitaria y periodística: Atacar un espacio desde donde se brindaba asistencia y se informaba es un acto inhumano que dificulta la protección de vidas.
Estas acciones forman parte de posibles delitos de lesa humanidad al constituir ataques intencionados o sistemáticos contra la población civil en un contexto de conflicto prolongado.
Contexto y consecuencias
Este episodio forma parte de una escalada de violencia intensa en la Franja de Gaza que ha dejado miles de muertos y una crisis humanitaria severa. Desde octubre de 2023, casi 250 periodistas han sido asesinados en Gaza, haciendo de esta guerra una de las más letales para los profesionales de la prensa en décadas, reflejo del alto riesgo y la falta de respeto por la labor informativa en zonas de conflicto.
El ataque al hospital Nasser también refleja el deterioro de la protección internacional a infraestructuras vitales para la supervivencia de la población civil y la impunidad que persiste en el terreno. Los reportes muestran la persistencia de Israel en atacar zonas consideradas «rojas» y con presencia humanitaria, justificando ataques contra objetivos militares presuntos, sin respetar salvaguardas fundamentales.
La comunidad internacional, diversas organizaciones de derechos humanos y defensores de la libertad de prensa han pedido investigaciones independientes y sanciones contra los responsables. La Corte Penal Internacional, ante denuncias recurrentes, ha iniciado procesos para determinar si estos actos constituyen crímenes de guerra y lesa humanidad.
Para la población palestina, este ataque se inserta en un contexto más amplio de asedio, despojo y violencia continua. Desde que comenzó esta escalada bélica en octubre de 2023, miles de civiles han muerto en Gaza, mientras que la infraestructura sanitaria ha sido destruida en gran medida, dejando a la población sin acceso adecuado a tratamientos esenciales. Más de 244 periodistas han perdido la vida en Gaza desde el inicio del conflicto, un número que subraya el bloqueo a la información y la censura de la voz palestina.
La comunidad médica internacional y las organizaciones humanitarias han denunciado una «estrategia de genocidio» y una «limpieza sistemática» que busca destruir no solo a la población, sino también su capacidad para sobrevivir y resistir. En palabras de Raúl Incertis, médico voluntario en el hospital Nasser, la humanidad se pone a prueba cuando estructuras dedicadas a salvar vidas son atacadas con tal brutalidad, y el mundo no puede ser indiferente ante el sufrimiento que esto genera.
Este doble bombardeo al hospital Nasser y la muerte de periodistas, médicos y rescatistas es un caso emblemático que expone la brutalidad y falta de respeto por el derecho internacional en el prolongado conflicto en Gaza, y que exige justicia y protección real para la población civil y los defensores de derechos humanos y la información.













