Los datos y observaciones médicas de Médicos Sin Fronteras (MSF) en dos de sus clínicas en Gaza, junto con testimonios de pacientes, evidencian la naturaleza tanto dirigida como indiscriminada de las matanzas perpetradas por fuerzas israelíes y contratistas estadounidenses contra palestinos hambrientos en centros de distribución de alimentos gestionados por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF). MSF exige el desmantelamiento inmediato del sistema de distribución de la GHF, el restablecimiento del mecanismo de ayuda coordinado por la ONU, y pide a los gobiernos, especialmente a Estados Unidos, así como a donantes privados, que suspendan todo apoyo financiero y político a la GHF, cuyos centros de distribución no son más que trampas mortales.

1.380 heridos atendidos por MSF en siete semanas

Un informe de MSF, titulado «Esto no es ayuda. Esto es asesinato orquestado«, documenta las lesiones y testimonios recogidos en dos clínicas de MSF que reciben regularmente afluencias de víctimas de la violencia ocurrida en centros gestionados por la GHF. Entre el 7 de junio y el 24 de julio de 2025, 1.380 personas heridas, de las cuales 28 ya estaban muertas al llegar, fueron admitidas en las clínicas de MSF en Al Mawasi y Al Attar, en el sur de Gaza, cerca inmediata de los centros de distribución gestionados por la GHF. Durante estas siete semanas, MSF trató a 71 niños por heridas de bala, 25 de ellos menores de 15 años. Ante la falta de alternativas, las familias hambrientas suelen enviar a sus hijos adolescentes a estas distribuciones, ya que a menudo son los únicos con fuerzas suficientes para hacer el viaje y luchar para intentar conseguir comida.

Entre los pacientes de MSF se encontraban un niño de 12 años alcanzado por una bala que le atravesó el abdomen, y cinco niñas, una de las cuales tenía solo ocho años y recibió un disparo en el pecho.

Heridas que sugieren disparos dirigidos

Entre los heridos por bala atendidos en el centro de salud de MSF en Al-Mawasi, el 11% de las lesiones estaban en la cabeza y el cuello, y el 19% en el tórax, abdomen y espalda. En cambio, los pacientes procedentes del centro de distribución de Khan Younes presentaban con mayor frecuencia heridas de bala en las extremidades inferiores. Estas diferencias recurrentes entre pacientes, y la precisión de las heridas infligidas, sugieren que las personas en los centros de distribución fueron blanco intencionado, no víctimas de disparos indiscriminados o accidentales.

«Niños alcanzados en el pecho mientras buscaban comida. Personas aplastadas o asfixiadas en estampidas. Multitudes enteras disparadas en los puntos de distribución«, enumera Raquel Ayora, Directora General de MSF. «En 54 años de actividad, MSF jamás ha sido testigo de una violencia tan sistemática contra civiles desarmados, que no representan ninguna amenaza«.

«Los centros de la GHF, un simulacro de distribución de ayuda, se han convertido en un verdadero laboratorio de tratos inhumanos y crueles«, declara. «Esto debe cesar inmediatamente«.

«Nos están masacrando. Yo he resultado herido al menos diez veces«, relata Mohammed Riad Tabasi, un paciente atendido en la clínica Al Mawasi de MSF. «Vi con mis propios ojos una veintena de cadáveres a mi alrededor. Todos tenían un disparo en la cabeza o en el vientre«.

En mayo, las autoridades israelíes desmantelaron el sistema humanitario coordinado por Naciones Unidas, sustituyéndolo por el programa militarizado de la GHF. Sus cuatro centros de distribución se encuentran en zonas bajo control militar de Israel y de empresas militares privadas estadounidenses. Los gobiernos israelí y estadounidense presentaron la GHF como una «solución innovadora», supuestamente para responder a sus acusaciones infundadas de desvío de ayuda en Gaza y fallos de la ONU. La GHF no es más que un plan mortífero, que institucionaliza la política de hambruna llevada a cabo por las autoridades israelíes en Gaza, iniciada el 2 de marzo con el asedio total impuesto a la Franja como parte de su campaña genocida contra los palestinos de Gaza.

Este sistema de distribución está diseñado para privar a las personas de su dignidad. En el espacio de siete semanas, los equipos de MSF atendieron a 196 pacientes heridos en estampidas en los centros de distribución. Entre ellos, un niño de cinco años con graves heridas en la cabeza y una mujer muerta por asfixia, probablemente aplastada por la multitud.

Los equipos médicos de MSF tuvieron que añadir un nuevo acrónimo en los registros de pacientes: «GPO» (Golpeado Por Otros), para designar a las personas heridas en violentas estampidas al intentar obtener comida o despojadas por otras personas hambrientas inmediatamente después de recibirla.

Inacción de la comunidad internacional

«*El 1 de agosto, el mismo día en que el enviado especial estadounidense para Oriente Medio visitó los centros de la GHF, Mahmoud Jamal Al Attar, de 15 años, fue asesinado cerca del centro de Al-Shakoush mientras intentaba conseguir comida*», explica Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de MSF. «Llegó a la clínica MSF de Al Mawasi después de recibir un disparo en el pecho«.

«Solo atendemos a una fracción del total de personas muertas y heridas en estos centros. Estos asesinatos de niños son actos intencionados«, explica. «A pesar de las condenas y los llamamientos a desmantelar la GHF, la inacción de la comunidad internacional para detener estas masacres es desconcertante«.

Entre el 27 de julio y el 2 de agosto, 186 personas heridas por balas, metralla o agresiones fueron atendidas en las clínicas de MSF en Al Mawasi y Al Attar, tras resultar lesionadas en los centros de la GHF. Dos de ellas fallecieron. El 3 de agosto, las clínicas de MSF recibieron a otros tres heridos, uno con un disparo en el cuello y otros dos alcanzados en la cabeza.