A los 3500 días de detención de la dirigente social Milagro Sala, la Red Internacional por la Libertad de Milagro Sala, conformada por ciudadanos de Argentina, Brasil, Canadá, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Italia, Reino Unido, Suecia y Suiza exige, una vez más, se haga justicia liberando a Milagro.
El 16 de agosto se cumplen 3500 días del encarcelamiento de Milagro Sala. Tres mil quinientos días en que se probó en la Argentina la guerra jurídica (lawfare) que. En otros países, encarceló al actual presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva y envió al exilio al expresidente de Ecuador Rafael Correa. Tres mil quinientos días desde que Jujuy se convirtió en el laboratorio represivo que el gobierno nacional de la República Argentina aplica hoy para amedrentar a la oposición política, silenciar a las voces rebeldes y atemorizar al pueblo.
A Milagro Sala la detuvieron, juzgaron y condenaron con causas amañadas, pruebas controvertidas, testigos comprados e impedimentos a la defensa para actuar. La Corte Suprema, sin evaluación jurídica, confirmó la condena y, junto con los años de detención, declaró a Milagro inhabilitada de por vida para tener cargos públicos en el país.
Cuando, por orden de la Corte Interamericana de Derecho Humanos, se le otorgó a Milagro la detención domiciliaria, el gobierno trató de impedir las visitas a su domicilio. La policía de Jujuy colocó una custodia en la casa de Milagro en contra de lo dispuesto por la ley. Para disuadir las visitas, estos funcionarios policiales, de manera ilegal, comenzaron a colectar entre otros datos personales, número de documento, procedencia política, social o sindical, domicilio, de las personas que la visitaban. Datos que nadie sabe dónde se archivaron ni para que se utilizaran.
Cristina Fernández de Kirchner fue juzgada y condenada por una causa amañada, con pruebas controvertidas, testigos dudosos e impedimento para que la defensa presente todas las pruebas requeridas. La Corte Suprema, sin discusión jurídica, ratificó la condena y, como a Milagro, la declaró inhabilitada de tener cargos públicos en el país. Como condición de su detención domiciliaria Cristina solo puede recibir visitas con autorización judicial. El aislamiento político y social es parte del castigo a las que se indisciplinan.
Tanto Milagro Sala como Cristina Fernández de Kirchner, juzgadas y condenadas injustamente por supuestos delitos de corrupción están sometidas a condiciones de detención más severas que cientos de genocidas a los que se les han probado secuestros, torturas y asesinatos de miles de activistas estudiantiles, sindicales, políticos y sociales que buscaban transformar económica y socialmente la Argentina.
Tras la detención de Milagro, los activistas de la Organización Barrial Tupac Amarú, fundada y dirigida por Milagro, fueron perseguidos judicial y policialmente. Detenciones por causas judiciales o contravenciones municipales encerraron a decenas de tupaqueros. Agregado a esto, agresiones policiales a demostraciones, reuniones barriales o actividades sociales hicieron que la gente tuviera miedo de circular por la calle con una campera de la Tupac. El temor enmudece, el encarcelamiento y los palos silencian.
En el presente se repiten las prácticas que se usaron contra la Organización Barrial Tupac Amarú a nivel nacional. Los jubilados nunca se callaron frente a la injusticia del gobierno de Javier Milei. Cada miércoles los reprimen con cachiporras y gases. La represión a las marchas que le otorgan poderes extraordinarios a Milei y cuestionan el brutal ajuste y entrega de los bienes comunes dejo un saldo de cientos de detenidos y heridos. La mayoría hoy están sobreseídos pero el daño ya está hecho, el mensaje está dado “al que marcha le esperan los palos y la cárcel.” A las protestas frente a la casa del diputado José Luis Espert, que se jacta de pedir “cárcel y bala” para la oposición, también siguió la detención de las participantes.
Pero no es suficiente encarcelar y tratar de acallar al adversario; hay que destruirlo como ser humano. No solo se atacan sus posiciones políticas y se miente sobre posibles actividades ilegales también se golpea a la familia. Sergio Chorolque Sala, hijo de Milagro, y su esposo, Raúl Noro, fueron acusados, ultrajados y vilipendiados. Sergio sufrió una crisis depresiva y falleció de un paro cardíaco meses más tarde. La casa donde Milagro estaba detenida en Jujuy, donde también estaba Raúl Noro, en estado terminal por cáncer, fue allanada por las fuerzas policiales, impidiendo, inclusive, la entrada de médicos y enfermeras para cuidar del paciente. Raúl falleció días después del allanamiento.
Máximo y Florencia Kirchner fueron acusados judicialmente y denostados en los medios por diferentes hechos de corrupción que nunca fueron probados. Pero el daño estaba hecho. Florencia necesitó apoyo profesional fuera del país para poder sobrellevarla depresión producida por el dolor sufrido.
En esta larga detención, Milagro no solo sufrió pérdidas familiares, su salud se deterioró y sufrió una trombosis venosa profunda, con un coagulo en la pierna izquierda que no fue tratado debidamente en Jujuy. Luego de meses de protestas y pedidos judiciales fue trasladada a La Plata para su atención en el Hospital Italiano. La atención fue tardía, todavía tiene dificultades para caminar y el tratamiento continúa. El desgaste anímico y físico es parte del laboratorio, buscando que el enemigo se rinda, abandone la lucha por la igualdad social y desaparezca de la vida pública.
El laboratorio creado por el gobernador Morales, apoyado por el presidente Macri, creció y se desarrolló. Hoy se aplica por el gobierno del presidente Milei en todo el país. El encarcelamiento, juzgamiento y condena de Milagro Sala es injusto. Lo mismo, el juzgamiento y condena de Cristina Fernández de Kirchner. Desde la Red Internacional por la Libertad de Milagro Sala, y a los 3500 días de su detención exigimos la libertad de Milagro Sala, Cristina Fernández de Kirchner y todas y todos los presos políticos.
Red Internacional por la Libertad de Milagro Sala













