En estos tiempos de encierro y coronavirus mi mente viaja a India, donde viví envuelta en su perfume de jazmín. Veo sus arenas blancas, el mar que baña sus playas en Goa, el rojo azulado de su cielo al amanecer y el sonido de los mantras que anuncian un nuevo día, el viento soplando, a través de los bambúes, la lluvia en torrentes que la inunda entera.

The Mother Land, como la llaman los indios, con su perfume a madera de sándalo e incienso.

Los chapatis que se cocinan todas las mañanas en el suelo junto a un fogón.

Los colores de sus especies amontonados para la venta en colores rojos, amarillos y morados.

Las bellas mujeres indias con sus saris de seda, de cabellos muy largos que recogen en la nuca, sus ojos grandes de mirada profunda, su delgada cintura, sus cabezas cargadas con jarros de agua, canastos con verduras, erguidas, como modelos de pasarela, de tobillos delgados, cubiertos de pulseras de plata.

Llegue a India por casualidad o destino, hace 22 años y he vivido en ella casi ininterrumpidamente durante 10 años.

Todo se inició en el Cairo en 1980, cuando como periodista fui invitada por el gobierno egipcio de Anwar El Sadat (25 de diciembre 1918) asesinado el 6 octubre de 1981.

Un periodista inglés, del diario Sunday Times, amigo y colega, había sido asesinado en 1977, sin que ninguna investigación lograra descubrir los motivos. Tenía la esperanza con mi visita de indagar más sobre este suceso.

David Holden, editor de asuntos extranjeros del diario The Sunday Times, lo había conocido en Chile, en 1970. Era un periodista serio, inteligente, agradable, autor de varios libros entre ellos “Greece wihout Columms”. Interesado en la política del Medio Oriente, se encontraba investigando las conversaciones de Paz entre Egipto e Israel. La voluntad del presidente Sadat de llegar a un acuerdo entre los países árabes, en una conferencia por la paz . En ese tiempo, 1977, eran todavía conversaciones secretas entre el gobierno israelí y el presidente de Egipto Anwar Sadat.

David viajó a Israel aparentemente a informarse de los avances de las negociaciones. Regresó al Cairo y al bajar del avión se subió a un auto que lo esperaba. Ese fue su final, no hubo huellas de quienes pusieron fin a su vida. Todos sus documentos fueron robados y el cuerpo sin identificación fue tirado cerca del aeropuerto días después.

Hubo especulaciones, sin pruebas, que David Holden, además de periodista, era agente encubierto de inteligencia.

¿ Tenía una información que no se deseaba que se supiera o se publicara? Las alarmas se encendieron en las oficinas del Sunday Times. Un equipo enviado por el editor se dedicó a investigar durante años. Hasta el día de hoy no hay una explicación de su asesinato. ¿Que información tan valiosa puede tener un periodista, que tenga que ser asesinado de esta manera? Durante mi estadía en el Cairo mantuve muchas entrevistas con periodistas y con altos funcionarios sin lograr ninguna explicación. Su asesinato, me afectó enormemente. Conocía a su esposa Ruth, me parecía fuera de toda lógica su desaparición de una manera tan brutal.

Días antes de mi viaje, una amiga me había prestado un libro de un místico indio llamado Rajneesh, me impactó su inteligencia, su sentido del humor, una espiritualidad abierta, libre, muy atrayente para una persona en esos tiempos, totalmente alejada de temas espirituales. Supe que Rajneesh tenía una comunidad de seguidores en la ciudad de Puna, a unos 150 kilómetros de Mumbai, y sin mucho reflexionar terminadas mis entrevistas en el Cairo llegué allá.

India es un caos, de multitud de seres humanos, sonidos, colores, mendigos, miseria y también lujos, palacios que no tenemos en Occidente.

El viaje de Mumbai a Puna, más de seis horas entremedio de vacas que se cruzaban y monos que saltaban de los árboles. Finalmente Puna y lo que había venido a conocer.

El Ashram de Rajneesh

Una puerta, brazos desconocidos que se abren. Visten túnicas naranjas y en sus cuellos llevan un mala con la foto de Rajneesh.

En una gran circunferencia de mármol bajo inmensos arboles y bambúes, todos danzan. Las túnicas naranjas flotan en sus cuerpos, los cabellos al viento, los labios sonríen, los ojos brillan, es un baile, que nace desde dentro, eres la danza. Siento que después de un largo viaje, he llegado finalmente a casa.

La mente, es silencio, dejo que los pensamientos pasen, son nubes en un cielo azul. La energía cambia, me siento libre, liviana, llena de vitalidad, en pocas semanas, he vuelto a vivir. La gente que me rodea es de casi todas las nacionalidades del planeta. Todos resplandecientes de energía y vitalidad. Hay una sensación de paraíso en la tierra, el lugar es bello, pequeños senderos en medio de la naturaleza, pavos reales, cisnes blancos en sus lagunas, cuerpos en túnicas naranjas que se desplazan. Algunos pintan, otros tocan instrumentos, otros asisten a los distintos grupos de terapia. Hay muchas actividades paralelas y las meditaciones que cambian cada hora desde las seis de la mañana hasta las once de la noche. También fiestas, conciertos y exquisita comida vegetariana para satisfacer al Zorba que llevamos dentro.

La viga maestra de las meditaciones de Osho, son sus meditaciones activas que introducen baile, catarsis, respiración y exhalación profunda. la Meditación Dinámica, diseñada para la mente occidental que está siempre inquieta, también la Kundalini y Nataraj. Explorar las emociones de la risa y el llanto, en lo que llama el proceso de la Rosa Mística, o el proceso del No Mind, por medio del Gibberish, el idioma que se inventa dejando la mente fuera de su control racional. El énfasis de su trabajo es la celebración de la unión de Zorba y el Buda, olvidar la represión a que nos han tenido sometidos desde las religiones y con la culpa. Lo único que puede llamarse pecado, afirma, es no estar consciente. El estado de sonambulismo en el que pasamos la gran parte de nuestras vidas.

Quién fue el Maestro Bhahwan Shree Rajneesh, Osho (1931 1990)

Ha sido uno de los místicos con más erudición científica e intelectual de India. Se lanzó en contra de todas las religiones y los sacerdotes (lo que lo llevó a que intentaran asesinarlo en India y luego envenenarlo en las cárceles de Estados Unidos).

Insistió una y otra vez en que la humanidad no ha llegado a un nivel superior debido a que los discípulos han establecido iglesias y la esencia de las enseñanzas se ha perdido.

Convoca con énfasis en ser investigadores dentro de nosotros mismos. «Quiero dejarlos totalmente solos, sin ningún credo, ningún dogma, religión o un dios que los salve, solamente solos encontrarán su centro. Dejen todos los juegos espirituales que la sociedad les ha creado, dejándolos retardados, sin crecer en la conciencia. Soy un dedo apuntando a la Luna, no se queden pegados al dedo, miren la Luna.»

«Mi esfuerzo es dejarlos solamente con la meditación que consiste en quitar todas las barreras, pensamientos y emociones que crean una muralla entre ustedes y la existencia. La libertad es el más alto regalo, no hay nada más grande y más hermoso que la libertad. Un hombre que se conoce», dice, «no tiene ninguna devoción fuera de sí mismo, estar en silencio y ser ahogado en su propio esplendor».

Esos primeros días en Puna y mi encuentro con las enseñanzas de Osho fueron un gran regalo de la existencia.

Recibí el intenso perfume que la India ha entregado durante miles de años con los grandes Maestros que en ella han nacido.