Desde los primeros mitos de la fuente de la eterna juventud hasta las modernas terapias celulares, la búsqueda humana de prolongar la vida parece estar entrando en una nueva fase, donde la ciencia converge con un anhelo ancestral.

Desde que el ser humano tiene consciencia de su finitud, ha soñado con escapar de ella. En el Poema de Gilgamesh (hacia 2100 antes de la e.v.), el héroe mesopotámico emprende un viaje en busca de la planta que otorga la vida eterna. Los alquimistas medievales buscaban incansablemente el elixir vitae, y las leyendas de la Fuente de la Juventud han poblado la imaginación de culturas de todo el mundo. Hoy, ese sueño milenario se busca en laboratorios de biotecnología (herederos de aquellos antiguos alquimistas y sus laboratorios), donde se están desarrollando una vacuna diseñada no para prevenir una enfermedad concreta, sino para combatir el propio proceso de envejecimiento.

Una revolución en la comprensión del envejecimiento

El envejecimiento, durante siglos considerado un declive inevitable y homogéneo, se entiende ahora como un proceso biológico con mecanismos específicos y, potencialmente, tratables. Uno de estos mecanismos clave es la senescencia celular.

A lo largo de la vida, algunas células dejan de dividirse pero no mueren. En lugar de contribuir al tejido, segregan sustancias inflamatorias que dañan a las células vecinas y crean un entorno propicio para la enfermedad.

La propuesta es una inmunoterapia senolítica. Su objetivo es entrenar al sistema inmunológico para que reconozca y elimine de forma precisa y eficiente estas células senescentes. Al hacerlo, se ataca una de las causas profundas del deterioro físico asociado a la edad y de patologías como el cáncer, donde estas células protegen a los tumores.

Esta aproximación representa un cambio de paradigma: no se trata solo de alargar la vida, sino de prolongar los años de vida saludable, comprimiendo los periodos de enfermedad y dependencia.

¿Cómo funciona esta vacuna contra el envejecimiento?

A diferencia de una vacuna preventiva tradicional, se plantea un tratamiento personalizado. Aunque los detalles técnicos son complejos, el concepto se puede simplificar:

1. Se aíslan células senescentes específicas del paciente.

2. Estas células se utilizan para enseñar al sistema inmunológico del propio paciente a reconocer su firma única.

3. El sistema inmunológico, así entrenado, moviliza sus recursos para buscar y destruir las células senescentes en todo el cuerpo.

En estudios preclínicos con animales, este enfoque ha mostrado resultados extraordinarios, no solo mejorando marcadores de salud, sino aumentando la esperanza de vida en más de un 100%.

Immorta Bio, con sede en Miami, ha presentado ya la documentación regulatoria necesaria ante la FDA de EE.UU. para iniciar el primer ensayo clínico en humanos, centrado inicialmente en pacientes con cáncer de pulmón avanzado.

¿Qué significa romper el ciclo?

El desarrollo del tratamiento nos sitúa ante una encrucijada filosófica y ética profunda. La finitud ha sido, históricamente, un motor esencial de la cultura, el arte, la trascendencia y el sentido de urgencia vital. ¿Qué sucede cuando esa frontera se difumina?

La perspectiva de vivir más años con salud plena es poderosa. Significaría reducir el sufrimiento de enfermedades degenerativas, extender el tiempo de contribución y creatividad, y redefinir las etapas de la vida. Es la materialización de un deseo tan antiguo como la humanidad.

Surgen preguntas inevitables. ¿Quién tendrá acceso a estas terapias? ¿Cómo afectará a la dinámica poblacional, las pensiones o las relaciones intergeneracionales? ¿Cambiará nuestra percepción del valor del tiempo? El filósofo francés Blaise Pascal ya reflexionaba en el siglo XVII sobre cómo la inquietud humana proviene de nuestra incapacidad para sentarnos en silencio en una habitación, una inquietud que la finitud agudiza.

La ciencia avanza hacia la posibilidad técnica de alargar el ciclo. Sin embargo, como sociedad, nos toca reflexionar si estamos preparados para ello. La historia de Gilgamesh termina con el héroe perdiendo la planta de la inmortalidad, un recordatorio de que la búsqueda, más que el destino, puede ser lo que nos define. Hoy, la planta puede estar germinando en un laboratorio, y su cosecha dependerá no solo de la biología, sino de la sabiduría con la que decidamos usarla.

La información sobre SenoVax™ se basa en comunicados de la empresa Immorta Bio y en su solicitud internacional de patente PCT/WO2025184665. El tratamiento se encuentra en fase preclínica avanzada y los resultados en humanos están por determinarse en futuros ensayos clínicos.

Estamos frente a un nuevo reto de la humanidad, la vida y el sentido de todo lo existente.