El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) concluyó en Gyeongju, Corea del Sur, tras dos días de intensos debates centrados en fortalecer las cadenas de suministro, promover la innovación digital y avanzar hacia un crecimiento sostenible e inclusivo. Bajo el lema “Construir un mañana sostenible: conectar, innovar, prosperar”, los líderes de las 21 economías miembros apostaron por una agenda orientada a la resiliencia económica y la cooperación tecnológica en un contexto de tensiones crecientes entre Estados Unidos y China.

La breve visita de Donald Trump contrastó con la activa participación del presidente chino Xi Jinping, quien aprovechó la cumbre para defender el libre comercio y oponerse al proteccionismo. Ambos mandatarios se reunieron previamente en Busan, en su primer encuentro desde 2019, y anunciaron medidas para aliviar la tensión comercial, como la reducción de aranceles y el restablecimiento de exportaciones estratégicas. La prolongada presencia de Xi en el foro fue interpretada como un signo del interés de Pekín por consolidar su influencia en una región tradicionalmente dominada por Washington.

El encuentro marcó un giro en la orientación de la APEC: de la apertura comercial hacia la estabilidad y la seguridad económica. Los líderes acordaron impulsar una “prosperidad compartida” y respaldaron la creación de la APEC AI Initiative, propuesta por Corea del Sur, para establecer normas éticas y de transparencia en inteligencia artificial. Aunque la declaración final evitó mencionar el multilateralismo y la OMC, los analistas coinciden en que la cumbre refleja el surgimiento de un “realismo económico” donde las economías del Pacífico priorizan la cooperación pragmática y la gestión equilibrada de sus interdependencias frente a un entorno global cada vez más incierto.