Las últimas 50 horas en Gaza han desencadenado un escenario de devastación y emergencia humanitaria sin precedentes en este ciclo recurrente de conflicto. La ofensiva terrestre y aérea israelí se ha intensificado, afectando gravemente a la población civil y dejando una estela de destrucción que cualquier flotilla humanitaria encontrará si logra llegar al puerto.

Durante este periodo, la Ciudad de Gaza ha sido sometida a bombardeos masivos y operaciones militares terrestres que han destruido infraestructuras vitales, viviendas y centros de atención médica. Decenas de miles de palestinos han sido desplazados forzosamente hacia el sur, enfrentando el drama de no contar con un lugar seguro donde refugiarse. Las calles hoy están llenas de escombros, restos de edificios derrumbados, y humo denso que se mezcla con el calor abrumador.

Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que la intensificación de la ofensiva israelí les ha obligado a suspender sus actividades médicas en la ciudad. El coordinador de emergencias de MSF, Jacob Granger, explicó que sus instalaciones estaban rodeadas por las fuerzas israelíes y que tanques se acercaron a menos de un kilómetro, lo que llevó a activar protocolos de seguridad y a suspender las actividades en Ciudad de Gaza debido a un nivel de inseguridad inaceptable para proteger al personal médico y a los pacientes bajo su cuidado. MSF enfatizó que sus clínicas atendían a pacientes vulnerables, entre ellos bebés en unidades neonatales, heridos críticos y enfermos terminales, quienes ahora enfrentan un acceso cada vez más limitado a atención esencial. La organización mantiene actividades en el centro y sur de Gaza, pero tuvo que salir de la ciudad debido a las condiciones de inseguridad y ataques implacables. MSF también hizo un llamado a las autoridades israelíes para que aseguren un acceso sin obstáculos y la protección de las organizaciones humanitarias que trabajan en Gaza. Solo la semana pasada, las clínicas de MSF realizaron más de 3,600 consultas y atendieron a 1,655 personas con desnutrición, además de pacientes con traumatismos, quemaduras y mujeres embarazadas. MSF advirtió que la población está siendo privada deliberadamente de lo esencial para sobrevivir, como agua potable, alimentos, refugio y atención médica, y que la situación empeora hasta el punto en que podrían no quedar hospitales funcionales si el conflicto continúa.

La Autoridad Sanitaria Palestina reporta que los hospitales de Gaza, especialmente el emblemático Hospital Al-Shifa, están saturados, con morgues al límite y una llegada constante de cuerpos y heridos graves en condiciones desesperadas. Se han registrado al menos 20 cadáveres ingresados en la última noche, mientras drones y fuerzas militares israelíes limitan el acceso y la movilidad de ambulancias y personal sanitario. Mujeres dan a luz en las calles sin asistencia médica, sumándose a la grave crisis neonatal. UNICEF ha expresado preocupación por más de 26,000 niños que requieren atención urgente por desnutrición, mientras centros de nutrición permanecen cerrados debido a órdenes de evacuación y la intensificación militar.

En el frente político, voceros de Hamás denunciaron que la ofensiva israelí es un genocidio contra el pueblo palestino, justificando su resistencia como defensa frente a un cerco y ataques brutales. La Autoridad Palestina condena enérgicamente la operación israelí, denunciando la tragedia humana y solicitando la intervención internacional para detener la escalada y proteger a la población civil.

Visualizar una llegada de la flotilla humanitaria significa enfrentarse a imágenes dantescas: madres sosteniendo bebés prematuros en la oscuridad, jóvenes y ancianos desesperados buscando refugio temporal, filas kilométricas frente a hospitales y puntos de distribución de agua y alimentos, un sistema médico exhausto e insuficiente para atender la enorme cantidad de heridos, ambulancias bloqueadas o retrasadas, y una falta generalizada de electricidad y agua potable. El personal sanitario trabaja sin descanso bajo amenazas constantes mientras sobrevuelan drones militares.

Este panorama es una radiografía clara del inmenso impacto humanitario del conflicto, que acumula miles de muertos y heridos, desplazamientos masivos y destrucción de infraestructura vital. Refleja la urgente necesidad de que la ayuda internacional pueda ingresar para salvar vidas y aliviar el sufrimiento de una población atrapada en una crisis de derechos humanos y desprotección absoluta.

Esta crónica se fundamenta en fuentes oficiales y testimonios, incluidos los comunicados y advertencias de Médicos Sin Fronteras sobre la suspensión de sus actividades, los reportes de la Autoridad Sanitaria Palestina, declaraciones políticas de Hamás y la Autoridad Palestina, y observaciones de organismos internacionales como UNICEF y la ONU, evidenciando la gravedad de la emergencia y la urgencia de una respuesta humanitaria coordinada y efectiva.