El cantante kazajo Dimash Qudaibergen debutará como productor ejecutivo al frente de una ambiciosa megaproducción musical en coproducción con la cadena china Hunan Broadcasting System. El rodaje, que arrancará la próxima semana en distintas ciudades de Kazajistán, busca proyectar la identidad cultural del país a escala global mediante un relato audiovisual que une música, patrimonio y diplomacia cultural.
Un país que cuenta su historia al mundo
En un país donde las estepas fueron testigos de caravanas milenarias y rutas de saber, ahora serán las cámaras las que recorran esos mismos paisajes con un propósito nuevo: contar la historia de Kazajistán al mundo. El país se transforma en plató internacional con el inicio de un ambicioso proyecto musical. La próxima semana iniciará el rodaje de una gran producción audiovisual internacional liderada por Dimash Qudaibergen en su rol de productor ejecutivo. En alianza con la influyente y poderosa cadena mediática china Hunan Broadcasting System, equipos chinos y kazajos ya trabajan en suelo nacional para dar forma a una coproducción que mostrará la identidad cultural del país en múltiples dimensiones.
Megaproducción para mostrar diversidad y patrimonio
El proyecto, una megaproducción global filmada en distintas regiones del territorio, buscará revelar al público internacional la diversidad cultural y los paisajes emblemáticos de Kazajistán a través de la música y la imagen. Según DimashNews, reunirá artistas de diversas nacionalidades y estilos con el propósito de “crear un espectáculo que muestre la riqueza musical y patrimonial a un público global”.
Dimash Qudaibergen: más que voz prodigiosa, arquitecto cultural
Por primera vez en su carrera, Dimash asume el rol de productor ejecutivo de una obra audiovisual de esta magnitud. Más allá de la voz que lo convirtió en figura mundial, ahora se proyecta como creador y articulador de un relato que fusiona arte, diplomacia cultural y proyección global. Asumir ese rol lo coloca en una nueva dimensión profesional: no solo como intérprete carismático, sino como embajador cultural que decide cómo se cuenta Kazajistán al mundo. Esto está alineado con su trayectoria reciente: conciertos en Londres, Madrid y Nueva York; su colaboración con la Ópera de París; y ahora, un paso hacia la producción internacional.
Cooperación cultural y estratégica con China
La asociación con China se inscribe en el marco de la creciente cooperación entre ambos países y responde a la voluntad de situar a Kazajistán como un actor cultural de relevancia global. La alianza con Hunan Broadcasting System, una de las cadenas más influyentes de Asia, garantiza alcance y proyección internacional para un proyecto que no solo recorrerá escenarios kazajos, sino que también buscará tender puentes entre Oriente y Occidente.
Rodaje y proyección internacional
La filmación se extenderá durante septiembre en regiones diversas, y se espera que el estreno mundial ocurra en 2026 como parte de la iniciativa internacional Voice Beyond Horizon. Hasta entonces, lo que está en juego en Kazajistán no es solo una producción musical, sino un gesto de identidad y apertura: la voz de Dimash y la tierra que lo vio nacer convertidas en escenario planetario.
Kazajistán, un escenario simbólico y estratégico
La elección de Kazajistán como escenario no es casual. Es el país más desarrollado de Asia Central, con un comercio bilateral con China que en 2024 alcanzó los US$44 mil millones, equivalente a casi la mitad del intercambio total entre Pekín y la región. Es, además, un territorio simbólicamente cargado: cuna de tradiciones nómadas, centro espiritual del mundo túrquico y laboratorio urbano de modernidad, con Astana y Almaty como polos complementarios de futuro y cultura.
Un formato híbrido para un relato cultural global
Según medios como The Astana Times y Times of Central Asia, el proyecto es más que un simple concierto grabado. Se trata de una megaproducción internacional en formato híbrido: documental cultural, espectáculo televisivo y puesta en escena lírica. El rodaje se desarrollará en escenarios emblemáticos —Turkistán, Almaty, Aktau, Astana, y las regiones de Akmola y Mangystau— y culminará a fines de mes.
Más que arte: diplomacia y geopolitíca
Y aunque el título definitivo aún no ha sido revelado, se sabe que la iniciativa trasciende el plano artístico: se inscribe en la lógica de la Franja y la Ruta, suma diplomacia cultural y proyecta efectos estratégicos de largo alcance.
Kazajistán y la Ruta de la Seda moderna
Kazajistán ha absorbido un lugar central en la expansión moderna de la Ruta de la Seda. Desde que Xi Jinping presentó la Iniciativa de la Franja y la Ruta en Astana en 2013, el país se consolidó como socio clave, recibiendo infraestructura, inversiones y proyectos culturales. Actualmente, forma parte de tres corredores ferroviarios que conectan China con Europa y Turquía, reduciendo de forma significativa los tiempos de traslado de mercancías y personas.
Inversiones y comercio bilateral
Tan solo entre 2005 y 2023, China invirtió más de US$25.3 mil millones en proyectos en Kazajistán en áreas como energía, logística e infraestructura. En 2024, el comercio bilateral alcanzó un récord histórico de US$44 mil millones —equivalente a casi la mitad del total regional—, representando más del 46% del intercambio entre China y Asia Central.
Corredores estratégicos y modernización
Entre los corredores destacados figuran Aktau y el Transcaspiano, además de una ruta ferroviaria que evita territorio ruso, lo que fortalece la posición de Kazajistán como hub eurasiático. El programa doméstico Nurly Zhol (“Camino brillante”), con US$9 mil millones destinados a modernizar vías terrestres, transporte y energía, forma parte de un plan integral para consolidar al país en el corazón logístico del continente. El apoyo del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura ha financiado además proyectos en energía renovable, diversificando más allá del petróleo y gas.
Acuerdos bilaterales y diplomacia cultural
Cada año, ambos países firman múltiples acuerdos: centros culturales, campus universitarios, talleres Lu Ban, intercambio turístico y exenciones de visa. En el cónclave de Astana de junio de 2025, Xi y Tokayev firmaron 24 convenios que abarcan innovación, energía, educación, turismo, medios y cooperación financiera.
El arte como eje diplomático
La cultura, en este entramado, no es un adorno. Es un eje diplomático. Y producciones como la de Dimash se insertan en esa red de proyección internacional que busca articular una Eurasia interconectada, moderna y culturalmente diversa.
Kazajistán, puerta estratégica entre continentes
Kazajistán no solo es un puente físico entre potencias, sino también estratégico: socio central de China en recursos energéticos y minerales, además de su privilegiada ubicación geográfica. Su perfil se fortalece en organismos multilaterales como la Organización de Cooperación de Shanghái —de la que fue miembro fundador— y con el apoyo de Pekín en su candidatura para un futuro ingreso a BRICS.
La Franja y la Ruta reinventada
Mostrar a Kazajistán en un proyecto cultural televisivo global refuerza ese papel estratégico. La Franja y la Ruta ya no es solo trenes, carreteras y oleoductos: también es un relato visual y musical capaz de reposicionar a Asia Central como espacio de encuentro, no de periferia.
El salto de Dimash
Dimash, en este marco, transita de la voz prodigiosa al poder de decidir. Se convierte en arquitecto cultural: define locaciones, selecciona repertorios, convoca a artistas de distintas nacionalidades y asegura que Kazajistán aparezca, no como telón de fondo, sino como protagonista. Pese a que las fuentes oficiales subrayan su papel como productor ejecutivo, todo indica que también participará como intérprete: resulta inimaginable que un proyecto de esta escala, con su nombre y sello musical, prescinda de su presencia en pantalla.
Locaciones: un mapa simbólico de Kazajistán
Un ejemplo de ello es justamente la elección de locaciones, las cuales constituyen un mapa simbólico en el que cada ciudad o región encarna un rostro de Kazajistán:
Turkistán – Capital espiritual
En el sur del país, Turkistán es el corazón religioso de Kazajistán. Allí se erige el Mausoleo de Khoja Ahmed Yasawi, construido en el siglo XIV bajo mandato de Tamerlán y reconocido por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Este santuario, centro del sufismo centroasiático, condensa memoria y raíz. Que la filmación se inicie en Turkistán significa proyectar hacia el mundo la hondura espiritual de un país que reivindica sus raíces túrquicas y su lugar en la historia islámica.
Almaty – Capital cultural y modernidad urbana
La antigua capital, rodeada por las montañas del Tien Shan, conserva su condición de epicentro cultural. Sus teatros, universidades, museos y la Ópera Estatal Abay la consolidan como polo creativo de Kazajistán. Mostrar Almaty en esta producción equivale a subrayar que el país no solo ofrece recursos naturales, sino también una vida cultural vibrante y contemporánea, en diálogo con cualquier metrópolis.
Aktau – La ventana al Caspio
En la región de Mangystau, Aktau es la salida natural de Kazajistán hacia el mar. Su puerto conecta con Azerbaiyán y el Cáucaso a través del Corredor Medio de la BRI, que busca alternativas al tránsito por Rusia. Incluir Aktau en el rodaje es un gesto de apertura: revela que Kazajistán no es un país encerrado en su interior continental, sino un actor que dialoga con el mar y, por extensión, con el mundo.
Mangystau – El desierto sagrado
Conocida como la “tierra de los 362 santos”, Mangystau combina mausoleos y peregrinaciones en un escenario de montañas blancas, cañones y desiertos que evocan lo eterno. Escoger este lugar traduce la voluntad de vincular espiritualidad ancestral con proyección cultural global. La modernidad kazaja no niega la memoria: se alimenta de ella.
Astana – La capital del siglo XXI
La actual capital, concebida para simbolizar modernidad y poder regional, se alza con rascacielos de acero y vidrio, el Palacio de la Paz de Norman Foster y avenidas amplias que buscan mostrar un país con rumbo decidido al futuro. Filmar allí es mostrar no solo el rostro político y diplomático de Kazajistán, sino también su modelo de desarrollo en un contexto de reconfiguración global.
Akmola – El horizonte nómada
La región que rodea Astana preserva la memoria de la estepa: espacio de vida nómada, de contacto directo con la tierra y con el cielo abierto. Incorporarla en el rodaje es recordar que la identidad kazaja nació en la vastedad de sus llanuras y que su modernización no implica olvidar esas raíces.
La infraestructura simbólica del arte
La alianza cultural entre China y Kazajistán, bajo el signo de la Franja y la Ruta, no se expresa solo en trenes o gasoductos: también construye infraestructura simbólica. Dimash, con su voz de registros infinitos e imposibles, apuesta a tender puentes posibles, encarnando que el arte es también soberanía.
Un mosaico de paisajes, músicas y memorias
El espectáculo, previsto para 2026, será un mosaico de paisajes, músicas y memorias. En tiempos marcados por guerras y bloqueos, la decisión de mostrar ciudades como Turkistán, con su mausoleo sufí, o Astana, con sus torres futuristas, adquiere un mensaje político cifrado en clave cultural: Kazajistán no es periferia, es centro.
Y es así que, cuando el lunes los equipos chinos y kazajos enciendan las cámaras en Turkistán o Almaty, comenzará algo más que un rodaje. Será un acto de diplomacia cultural que revela cómo las naciones buscan nuevos caminos para encontrarse. Allí, en la estepa y en los teatros, se juega una disputa silenciosa pero crucial: mostrar que el poder también puede expresarse cantando, narrando y compartiendo belleza.
Dimash, al mismo tiempo intérprete y productor, es la voz y el arquitecto de esta apuesta. Y Kazajistán, con ciudades milenarias y urbes futuristas, se erige como un puente viviente entre Asia y Europa, entre Oriente y Occidente. En un mundo resquebrajado por la violencia y la desconfianza, este proyecto recuerda que el arte aún puede abrir grietas luminosas incluso en los muros más altos.













