Ayer fue un día emocionante en Génova, con una gran fiesta que comenzó por la tarde en la sede de Music for Peace, uno de los puntos de recogida de las 300 toneladas de ayuda traídas por los genoveses y procedentes de otras ciudades italianas e incluso del extranjero, en un continuo ir y venir de gente. Esperaban 40 y una parte se reservará para Sudán, donde se está produciendo una terrible crisis humanitaria de la que se habla poco. Los voluntarios trabajaron sin descanso para empaquetar la enorme cantidad de artículos de primera necesidad, señal tangible de una ola de generosa solidaridad popular, que contrasta con la cobardía y la inercia de los gobiernos europeos, incapaces de llegar a un acuerdo para detener a Israel.

Por la tarde, en la pequeña sede de Music for Peace, unas doscientas personas asistieron a un «adelanto» de la velada, con las intervenciones, entre otros, de Vittorio Agnoletto, de Medicina Democratica, portavoz del Foro Social de Génova de 2001, Adelmo Cervi, Tito Magni, senador de Alleanza Verdi e Sinistra, y algunos jóvenes de Ultima Generazione.

Los organizadores —Music for Peace, CALP y Global Sumud Flotilla— no esperaban la avalancha de gente que más tarde comenzó a llegar y luego desfiló por la ciudad. Una multitud realmente oceánica, que partió a las 21:00 y llegó al puerto antiguo a medianoche, una marea humana de 50 000 personas y quizás incluso más, iluminada primero por antorchas y luego por teléfonos móviles, salpicada de banderas palestinas y de la ANPI, con muchos niños. También estuvo presente, con la banda tricolor, la alcaldesa Silvia Salis, que expresó su orgullo y emoción por el espíritu solidario y humano mostrado por la ciudad. Muchos genoveses comentaban que no se veía una manifestación tan impresionante desde los tiempos del G8.

La alcaldesa de Génova, Silvia Salis

El fundador de Music for Peace, Stefano Rebora

Debido a la distancia, no pude seguir bien todas las intervenciones desde el escenario, entre ellas la de Maria Elena Delia, portavoz italiana de la Global Sumud Flotilla, y la de Stefano Rebora, fundador de Music for Peace. Gracias a una mujer de la ANPI que me ayudó a abrirme paso entre la multitud, al final conseguí acercarme y allí la emoción fue abrumadora. Con las luces del escenario apagadas y los móviles encendidos, miles de puntos luminosos acompañaron la salida de dos de los barcos que se dirigían primero a Sicilia y luego a Gaza, junto con bengalas rojas y cohetes de señales, mientras la multitud cantaba Bella ciao.

Ahora no debemos dejarlos solos. Tendremos que mantener la mirada fija en los barcos que navegan por el Mediterráneo, multiplicar las acciones de denuncia y solidaridad y, cuando llegue el inevitable momento del enfrentamiento con la Marina israelí, tendremos que ser muchos, con la misma fuerza que se mostró anoche en Génova, para apoyar la misión de la Flotilla Global Sumud.

Foto de Maria Tomasi