El gobierno de Donald Trump anunció este martes su salida de Estados Unidos de la Unesco por considerar que la agencia cultural y educativa internacional de la ONU tiene un sesgo contra Israel y promueve causas «divisorias», una decisión que el organismo por cierto lamentó.

«La permanencia en la Unesco no forma parte del interés nacional de Estados Unidos», dijo la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, quien describió a la organización como una entidad que «promueve causas sociales y culturales divisorias» y que se centra excesivamente en los objetivos de sostenibilidad de la ONU, los cuales calificó como una «agenda ideológica globalista». Bruce también cuestionó que la Unesco haya admitido a Palestina como un Estado. «La decisión de la Unesco de admitir al ‘Estado de Palestina’ como miembro pleno es altamente problemática, contraria a la política de Estados Unidos y contribuyó a la proliferación de retórica antiisraelí dentro de la organización», dijo la vocera.

Recordemos que en el año 2017, durante su primer mandato, Trump también ordenó la salida de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés), que describe su misión como la promoción de la educación, la cooperación científica y la comprensión cultural. Su sucesor Joe Biden (2021-2025) restableció luego la membresía de Estados Unidos.

Donald Trump no fue el primero en retirar a Estados Unidos de la Unesco. En la década de 1980, el presidente Ronald Reagan puso fin a la membresía de Estados Unidos, afirmando que la agencia era corrupta y «prosoviética». USA volvió al organismo durante la presidencia de George W. Bush (2001-2009).

«Lamento profundamente la decisión del presidente Donald Trump de retirar otra vez a los Estados Unidos de América de la Unesco», dijo su directora general, Audrey Azoulay. «Aunque es de lamentar, este anuncio ya se esperaba, y la Unesco se ha preparado para ello», agregó.

La organización además supervisa una lista de sitios del patrimonio que tiene como objetivo preservar joyas únicas ambientales y arquitectónicas, que van desde la Gran Barrera de Coral en Australia y el Serengeti en Tanzania hasta la Acrópolis de Atenas y las Pirámides de Egipto, así como las ciudades patrimoniales declaradas de interés en todas partes del mundo.