Después de mi artículo sobre la cumbre de la OTAN, que en realidad fue más un espectáculo publicitario que otra cosa, me gustaría dar una mirada histórica desde 2014 hasta la fecha sobre la cuestión ucraniana. Ha habido una manipulación política y mediática occidental tan inmensa sobre el asunto que se puede decir que todo lo que se le ha contado al público occidental era y es mentira. Por supuesto, este es un relato muy rápido y simplificado, porque de lo contrario habría que escribir un libro.
Volvamos al 2014 e incluso antes.
Cuando cayó la Unión Soviética en 1991, Yeltsin abrió las puertas a las empresas occidentales y al neoliberalismo. Al mismo tiempo, las que eran grandes empresas estatales (y especialmente las empresas estatales de petróleo y gas) pasaron a manos de lo que tiempo después se llamó los oligarcas. Estos se hicieron con esas empresas estatales sin pagar un duro por ellas. Y al ocurrir esto, junto con el colapso económico general del país, entraron los EE.UU. con todas sus multinacionales seguidos a pie juntillas por las empresas europeas. De hecho Rusia fue tomada por Occidente y el Neoliberalismo. Esto duró hasta que Yeltsin puso a Vladimir Putin al timón, pidiéndole que salvara el país. Por supuesto, estas no fueron sus palabras exactas, pero es lo esencial.
Y Putin hizo exactamente eso. Volvió a poner en pie al país. A Estados Unidos, el Reino Unido y la UE no les gustó nada lo que estaba haciendo Putin, porque su objetivo era apoderarse de Rusia con gobiernos títeres en el poder que cumplieran sus órdenes. Y ahí empezó el odio hacia Putin. Había detenido el pilotaje. El sueño de Washington tras la caída de la Unión Soviética era ser la potencia mundial indiscutible de un mundo unipolar. No funcionó.
En 2005 hubo una revolución naranja en Kiev que llevó al primer presidente pro-occidental y pro-neoliberalismo, pero en las siguientes elecciones presidenciales fue derrotado por un candidato pro-ruso que no quería romper con Rusia como socio económico, pero que también estaba interesado en entrar en la UE. La UE le dio un ultimátum: o con nosotros o con Rusia. Pero entonces ya había comenzado la revolución de Maidan, que en su origen fue de mucha gente descontenta con su gobierno por diferentes motivos. Ahora estamos en 2014.
Volvamos al 2005. Ese año los EE.UU. ya estaban involucrados en Ucrania y ya habían invertido dinero para preparar al país para una ideología orientada hacia Occidente, queriendo alejar al país de Rusia y de su esfera de influencia. Esos preparativos tenían todo que ver con la OTAN y su expansión hasta la frontera de Rusia con Ucrania como miembro de la OTAN. A partir de 2005 Estados Unidos (y supongo que la CIA) invirtió en reconstruir el ejército ucraniano siguiendo el modelo occidental de la OTAN. Porque el objetivo final era tener bases militares occidentales de la OTAN en el país, con misiles apuntando hacia Rusia.
En 2014, con la ayuda e injerencia directa de EEUU, la CIA y la UE, se dio un golpe de Estado en Kiev y un presidente y un gobierno llegaron al poder elegidos a dedo por los neoconservadores de Washington. La población de habla rusa de la región de Donbás, en el este y el sur de Ucrania, se opuso al golpe con grandes manifestaciones de protesta. Y no sólo en el Donbass, sino también en Crimea y Odessa. Poroshenko, el presidente, envió al ejército al Donbás para sofocar el levantamiento y despachó a un grupo de matones neonazis a Odessa por el mismo motivo. En Odessa terminó con 80 manifestantes quemados vivos en el edificio del sindicato de trabajadores. Los matones que lo hicieron nunca fueron llevados a juicio.
En Donbass, el ejército salió con tanques a las calles de Donetsk, pero no consiguió sofocar el levantamiento. De hecho, muchos soldados y comandantes se acercaron a los manifestantes con su equipo militar, ya que eran de esa región y no querían luchar contra sus hermanos y hermanas. Poroshenko declaró la guerra al Donbass y, como reacción, dos regiones del Donbass, Luhansk y Donetsk, declararon su independencia tras la celebración de un referéndum, proclamando las repúblicas populares de Luhansk y Donetsk.
Poroshenko envió el batallón neonazi Azov al Donbass y a partir de ese momento comenzó una guerra civil que se prolongó hasta 2022 con 15.000 muertos, en su mayoría civiles.
Se hicieron dos esfuerzos para detener esta guerra interna. El acuerdo de Minsk 1 y el acuerdo de Minsk 2, en los que Rusia, Alemania, Francia y Ucrania acordaron que la región de Donbás pasaría a ser autónoma dentro del Estado ucraniano, con su propio gobierno y aparato de toma de decisiones. Resultó que esos acuerdos eran falsos y nunca fueron implementados ni por Ucrania ni por Alemania ni por Francia, pero se utilizaron para tener tiempo para llenar a Ucrania de armamento con el objetivo de acabar con la rebelión. En febrero de 2022, un ejército de 150.000 soldados se concentró en las fronteras de las repúblicas de Luhansk y Donetsk.
Ambas repúblicas le habían pedido muchas veces a Rusia que las reconociera y ayudara a sobrevivir. Pero Putin se contuvo, no queriendo involucrarse en un conflicto con Ucrania. Pero tras muchos intentos por parte de Rusia de crear junto con la OTAN y Occidente una nueva zona de seguridad en Europa, Putin decidió en ese mismo febrero de 2022 reconocer a las 2 repúblicas populares. Y comenzó la operación militar rusa para liberar la región de Donbás de 8 años de agresión militar de Kiev contra parte de su propia población.
Retrocedamos un poco. En 1991, cuando cayó la Unión Soviética, Ucrania, junto con otras antiguas repúblicas soviéticas, declaró su independencia de Rusia. Inmediatamente, en la región del Donbás, Crimea y Odessa, la población celebró referendos y decidió volver a la Madre Rusia. Todas estas regiones formaban parte históricamente de Rusia, y Odessa fue una ciudad construida por la zarina Catalina la Grande. Son rusos, hablan ruso y tienen una cultura y una religión rusas. Pero el entonces gobierno de la República Ucraniana no reconoció los referendos. Y eso fue todo.
La historia se remonta aún más atrás. Lenin quería que la república soviética de Ucrania fuera fuerte desde el punto de vista industrial, lo que se convirtió en la razón por la que incorporó la región rusa del Donbás a Ucrania. Cruchev, muchos años después, regaló Crimea a Ucrania, porque él mismo era ucraniano. Así es que debido al capricho de 2 líderes soviéticos, que nunca le pidieron su opinión a la población de esas regiones, se ha mantenido soterrada una situación latente que explotó en el 2014.
El resto de la historia es trágica. Con un cómico elegido en 2019 como Presidente, elegido por su promesa de aportar una solución pacífica a la cuestión del Donbás, promesa que rompió bajo la presión de los neonazis de su gobierno. Esos neonazis, totalmente incrustados también en el ejército a estas alturas, son los que realmente están en el poder, celebrados por los neoconservadores de Estados Unidos (recibieron delegaciones completas en Washington y en otros lugares de Estados Unidos, en el Reino Unido y varios países de la UE). Con ellos contaba y cuenta la OTAN, con el señor Zelensky como cabeza visible. Hicieron cosas terribles en Ucrania y produjeron todos esos vídeos mostrados por los medios occidentales como verdad (sin ninguna comprobación de los hechos por parte de esos medios). Occidente tomó todo su material fabricado con manos codiciosas para reforzar una imagen diabólica de Putin. La OTAN estaba encantada con el «buen trabajo» de esos matones. Todo lo que pudiera desacreditar a Putin y a Rusia era bienvenido. Y durante todo ese tiempo nadie preguntó (de nuevo) qué quería la gente de Donbass ni les pidieron que contaran su historia de 8 años en los que fueron atacados por Azov y otros batallones neonazis, les cortaron las pensiones, etc. Nadie estaba ni está interesado. No sirve a su narrativa.
Tal vez la operación militar de Putin no fue lo correcto. Nunca lo sabremos. Pero lo que sabemos es que los EE.UU. y la OTAN querían romperle la espalda a Rusia y que a través de la colocación de personas afiliadas como neonazis en el poder en Ucrania (que odian a los rusos) podrían lograr su objetivo a través de una guerra proxi librada en suelo ucraniano. Como sucedió, perdieron miserablemente.
Lo terrible es que sacrificaron a la población ucraniana en el altar de sus planes impíos y violentos.













