Hace décadas un gran sabio hombre le dirigió al mundo un mensaje en un vídeo muy corto, diciendo que las armas nucleares tienen que ser eliminadas de la faz de la Tierra y que todos los ejércitos invasores tienen que ser retirados y desmantelados. Dijo al mundo que ésta es la causa de las mujeres y hombres valientes.
Enfatizó en que esto es lo más importante que tiene que hacer la humanidad. Se llamaba Mario Rodríguez Cobos, más conocido por su seudónimo SILO, creador del Humanismo Universalista y del Mensaje de Silo. Era el portador de la esperanza y la transformación humana en los oscuros tiempos que atraviesa la humanidad.
Pero su enérgico llamamiento no movilizó a millones de personas para exigir la eliminación de las armas nucleares y el desmantelamiento de los ejércitos invasores y las alianzas militares belicistas.
La humanidad se distrajo con otros asuntos aparentemente más urgentes.
Y aquí estamos, en el mundo actual, azotado por guerras y conflictos militares y con el peligro real de que se vuelva a utilizar un arma nuclear. En nuestra distracción hemos dejado que los locos tomen el poder, especialmente en el hemisferio occidental, hagan su trabajo destructivo durante muchas décadas y parece que hemos olvidado los desastres de dos Guerras Mundiales y las bombas nucleares lanzadas por EEUU sobre dos ciudades japonesas en el siglo pasado. Gritamos fuerte contra los intentos israelíes de destruir a toda una población palestina en Gaza, pero no estamos en las calles para exigir el fin de un Sistema violento y loco que es la causa de todas las guerras, muertes e inmenso sufrimiento.
Reaccionamos ante la última expresión violenta, lo que en sí mismo es un acto bueno y valiente, pero que no acaba con la causa de fondo.
Seguimos distraídos por la acumulación cada vez más rápida del uso de armamento terrible, sin preguntarnos de dónde viene todo ese armamento de alta tecnología. Y ahora, en el hemisferio occidental, nuestros gobiernos nihilistas están aumentando el gasto militar para satisfacer las demandas de una obsoleta alianza militar llamada OTAN. Y todavía no estamos en las calles para exigir el fin de toda forma de violencia y el desmantelamiento de todas las armas nucleares y del Complejo Militar Industrial.
Y no crean ni por un minuto que este Sistema nihilista, violento y codicioso hará algo para resolver el cada vez más rápido cambio climático. Esa es una ilusión ingenua mientras el mundo esté gobernado por el Complejo Militar Industrial y sus sinvergüenzas.
Podemos esperar a que ocurra algo tan terrible que conmocione nuestra conciencia tan profundamente que por pura necesidad empecemos a actuar, o podemos empezar ahora a hacer lo que este gran y sabio hombre, Silo, nos invitó a hacer hace algunas décadas. Toda la humanidad está implicada en este acto crucial porque toda la humanidad está en juego.
La violencia y la destrucción no tienen sentido. Es el oscuro camino hacia la extinción. El futuro abierto de la humanidad tiene sus raíces en el amor y la compasión. Para que el amor y la compasión prosperen, es necesario que exijamos el fin de toda violencia. Porque es inevitable sentir el sufrimiento y la muerte de millones de personas como nuestro propio sufrimiento y muerte. ¡Y hay que poner fin a todo ese sufrimiento!













