En el momento en que Grecia conmemora el segundo aniversario de la colisión frontal de trenes que tuvo lugar el 28 de febrero de 2023, se han producido muchas manifestaciones a gran escala en todo el país y en más de 100 ciudades de todo el mundo. El accidente, en el que murieron 46 pasajeros y 11 miembros del personal, incluidos ambos conductores, y aproximadamente 200 resultaron heridos, se está convirtiendo en un símbolo de los fallos sistémicos en materia de seguridad ferroviaria, la negligencia gubernamental, las privatizaciones fallidas y la subfinanciación crónica de los servicios públicos.

El accidente ocurrió cuando un jefe de estación conducía un tren de pasajeros InterCity (IC62) que transportaba a más de 350 personas en la misma ruta que un tren de mercancías intermodal, lo que provocó una colisión frontal cerca de Larissa, en la región de Tempi, a 375 kilómetros al norte de Atenas.

Un informe muy detallado de 178 páginas, publicado el 27 de febrero de 2025 por la Autoridad de Investigación de Accidentes Aéreos y Ferroviarios de Grecia (HARSIA), fue emitido en la víspera de una huelga general y protestas masivas previstas para conmemorar
el segundo aniversario del accidente, alimentadas por la ira pública sobre la lenta marcha de una investigación judicial separada. El informe atribuyó el desastre a una combinación de errores humanos, infraestructuras obsoletas y graves fallos del sistema.

La investigación oficial sobre lo que se considera el accidente ferroviario más mortal de la historia de Grecia comenzó con el nombramiento, el 15 de febrero de 2024, del primer investigador del accidente ferroviario. A pesar de las declaraciones iniciales de que la
tragedia se debió únicamente a un “error humano”, el informe de HARSIA destaca otros elementos importantes, como la subfinanciación crónica, la falta de sistemas de seguridad automatizados esenciales, la mala capacitación, la escasez de personal y un sistema
ferroviario deteriorado que carecía de controles de seguridad automatizados, factores que hacen que la red ferroviaria griega sea hoy en día extremadamente vulnerable.

Manifestaciones masivas y llamados a la “Justicia para Tempi”

Millones de personas han salido a las calles en Grecia y en todo el mundo, incluido un millón solo en Atenas, para exigir justicia para las víctimas de Tempi y para exigir el establecimiento de responsabilidades en lugar de considerar la tragedia como inevitable.
Los familiares de las víctimas, los movimientos estudiantiles y los sindicatos se organizaron y participaron en manifestaciones a nivel nacional e internacional, exigiendo responsabilidades a las autoridades así como reformas inmediatas. En 2024, una moción de censura contra el gobierno del primer ministro Kyriakos Mitsotakis ya había sido rechazada por el Parlamento, lo que suscitó aún más indignación pública.

Nuevas revelaciones han reforzado las zonas grises de las versiones disponibles hasta ahora: según informes recientes, el tren de mercancías transportaba ilegalmente productos químicos peligrosos. Una investigación independiente, financiada por los familiares de las víctimas, revela que estas sustancias podrían haber provocado directamente el incendio que destruyó parte de la carcasa del tren. Además, grabaciones de audio del personal de rescate indican que algunas víctimas no murieron en el impacto inicial, sino por asfixia debido a los humos tóxicos.

Esta circunstancia agravante hizo simbólica la desesperada llamada de socorro “Δεν έχω οξυγόνο” (No tengo oxígeno), las últimas palabras pronunciadas por Francesca Beza, una de las jóvenes víctimas, durante su llamada de emergencia antes de sucumbir a los gases tóxicos provocados por la explosión de hidrocarburos. Este llamamiento se ha convertido en un grito de protesta que se está extendiendo por todo el mundo y sigue apareciendo sistemáticamente en carteles y pancartas durante las manifestaciones, donde los
participantes lo corean con fuerza.

Estas revelaciones provocaron nuevas protestas masivas en toda Grecia, con miles de personas saliendo a las calles en Atenas, Salónica y docenas de otras ciudades. Las calles fueron cerradas al tráfico, mientras que los comercios, tiendas, teatros e instituciones
culturales suspendieron todas las actividades en solidaridad con las familias de las víctimas.
Los manifestantes acusan a las autoridades de encubrir pruebas del desastre y exigen una nueva investigación independiente y mayor transparencia.

Austeridad y privatizaciones en el origen de la crisis ferroviaria

La crisis ferroviaria en Grecia tiene sus raíces, además, en las medidas de austeridad y la privatización forzosa de la compañía ferroviaria nacional, impuestas durante uno de los períodos más difíciles para el país. El papel de la Unión europea y de la Troika, el órgano
informal de seguimiento compuesto por expertos que representan al Banco Central Europeo, la Comisión europea y el Fondo Monetario Internacional, también ha sido objeto de investigaciones y fuertes acusaciones públicas, incluso en el seno del Parlamento
Europeo.

Es importante recordar que, tras la crisis financiera, Grecia se vio obligada a vender TrainOSE (ahora Hellenic Train ), entonces el principal operador ferroviario del país, por solo 45 millones de euros a Ferrovie dello Stato Italiane (FS Group) , la compañía ferroviaria estatal italiana que gestiona Trenitalia. En 2022, TrainOSE pasó a llamarse Hellenic Train.
Sin embargo, los recortes presupuestarios, la reducción de personal y la falta de inversión han generado condiciones de seguridad peligrosas. Anteriormente, TrainOSE gestionaba el transporte de pasajeros y mercancías, mientras que OSE (Organización de Ferrocarriles Helénicos) era responsable de la infraestructura (vías, estaciones, señalización).

Mientras se producen protestas en todo el mundo, dos años después del desastre ferroviario de Tempi, los manifestantes nos recuerdan constantemente que, durante la última década, los imperativos financieros prevalecieron sobre la seguridad pública, contribuyendo a las fallas sistémicas que llevaron al accidente. Incluso hoy en día, estas decisiones siguen pagándose con el colapso de los servicios públicos.

La tragedia de Tempi ha reavivado el debate sobre la necesidad de renacionalizar el sistema ferroviario griego o, al menos, someterlo pronto a una regulación más estricta. Mientras tanto, la confianza pública en las instituciones sigue erosionándose, ya que muchos ciudadanos y ciudadanas, al salir a la calle, ven el desastre ferroviario de 2023 como una consecuencia directa de las políticas de privatización y las medidas de austeridad, errores que Grecia no puede permitirse olvidar.

La solidaridad internacional y la extensión de la protesta a escala global

El aniversario de la colisión del tren de Tempi desató protestas en cientos de ciudades, incluidas Bruselas, París, Berlín, Londres, Roma y Nueva York. En Bruselas, los manifestantes se reunieron en la plaza frente al Parlamento Europeo, sosteniendo cientos de carteles y pancartas que pedían “Justicia para Tempi” en griego, inglés, francés, serbio y varios otros idiomas, y denunciaban la complicidad de las instituciones europeas en las privatizaciones impuestas a Grecia.

Una señal de solidaridad muy fuerte llegó en particular de Serbia, donde los estudiantes marcharon desde la Universidad de Belgrado hasta la Embajada de Grecia con pancartas que decían “¡Vuestra lucha es nuestra lucha!”. Los activistas, ciudadanos y movimientos
estudiantiles serbios, que llevan ya cuatro meses protestando ininterrumpidamente contra la gestión gubernamental de los proyectos de infraestructura y la corrupción generalizada, también han denunciado el importante paralelismo entre el desastre de Tempi y el derrumbe del techo de la estación de trenes de Novi Sad, capital de la provincia de Voivodina en Serbia, que dejó 15 muertos y numerosos heridos. Los manifestantes serbios también participaron activamente en la protesta organizada por los movimientos griegos en Bruselas la tarde del 28 de febrero, antes de lanzar su propia manifestación a la mañana siguiente, coincidiendo con una manifestación masiva en la ciudad de Niš, al sur de Serbia, el 1 de marzo.

El largo camino hacia la justicia y las contradicciones abiertas a nivel europeo y de los estados

El desastre de Tempi sigue siendo una herida abierta en la sociedad griega y, más ampliamente, en la sociedad europea. Sus consecuencias, junto con la falta de respuestas creíbles por parte de las autoridades públicas, erosionan aún más la confianza en las instituciones, que ya está cada vez más debilitada y tensa. Los familiares de las víctimas siguen exigiendo una investigación independiente y transparente, temiendo que los intereses políticos prevalezcan nuevamente sobre la justicia.

El 7 de febrero, el Parlamento Europeo aprobó una resolución en la que expresa su preocupación por la situación actual del Estado de derecho y la libertad de prensa en Grecia. En ella, se menciona la tragedia de Tempi como un ejemplo de la falta de información y se destaca que la propiedad de los medios de comunicación en el país está concentrada en manos de un pequeño número de oligarcas. Esta concentración ha dado lugar a una significativa falta de cobertura sobre ciertos temas, como las preocupaciones acerca del sistema de seguridad ferroviaria antes del accidente del tren de Tempi.

La tragedia también ha puesto de manifiesto las contradicciones dentro de la nueva Comisión europea. Apostolos Tzitzikostas, designado comisario europeo de Transporte Sostenible y Turismo para representar a Grecia, se vio sometido a una intensa presión durante su audiencia en el Parlamento Europeo el 4 de noviembre de 2024. Varios eurodiputados y eurodiputadas le preguntaron sobre las normas de seguridad ferroviaria y se refirieron a un informe de la Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (AFE), que señalaba las deficiencias en la rendición de cuentas del gobierno griego. A pesar de las críticas, Tzitzikostas obtuvo el apoyo del Comité de Transporte y fue confirmado en su cargo, según lo propuesto por el gobierno griego, para el período 2024-2029. Sin embargo, no asistió a los actos organizados en Bruselas para conmemorar el aniversario de Tempi.

Mientras Grecia y el resto del mundo conmemoran las 57 vidas perdidas, la lucha por la justicia y la seguridad ferroviaria continúa. Los manifestantes están luchando para garantizar que la tragedia no quede olvidada y prometen seguir luchando hasta que se establezcan responsabilidades y haya señales tangibles de cambio. Sentimientos y demandas similares se repiten en Serbia, donde los movimientos de solidaridad transnacionales están ganando fuerza mientras los gobiernos permanecen en silencio.

 

Todas las fotos son de Anna Lodeserto