Desde inicios del mes de marzo, la crisis en Haití, alcanzó otro nivel: las bandas criminales que tienen tomada a Puerto Príncipe, la capital, y otras ciudades del país, empujaron a Ariel Henry, Primer Ministro, a renunciar. Casi tres semanas después, se continúa buscando una salida»

La alternativa planteada es la creación de un consejo presidencial de transición que tendría el encargo de avanzar hacia la salida de la crisis, buscando controlar a las bandas criminales que desde hace ya más de dos años actúan en el país y que, a día de hoy, se enfrentan en plena capital del país, robando, saqueando y manteniendo a la población en vilo. El desafío no es menor. Tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021, no ha sido posible llegar a acuerdos para elecciones democráticas, condición del Primer Ministro (no elegido), Ariel Henry, para dejar el cargo.

Al momento, partidos políticos y organizaciones sociales están en el proceso de elección de los miembros del consejo de transición. Un nuevo primer ministro será la primera decisión a tomar, además de la decisión en torno a quien ocuparía el cargo máximo, el consejo elegido deberá poner en marcha una estrategia de seguridad frente a las bandas. Sin ese avance, será imposible la convocatoria a nuevas elecciones. Cada organización y partido debe enviar el nombre de su candidato/a a la CARICAM, el organismo multilateral de integración del Caribe. Se espera que esto suceda hasta el final de la semana en curso.

Las posiciones son diversas. El investigador Michael Deibert afirma que la compositiva de ese consejo, no augura éxito: “Es decepcionante que este consejo estará poniendo mucho poder en las manos de actores que generaron la crisis. La idea de que puedan trabajar juntos es ingenua, no tienen una historia de haber trabajado bien juntos, incluso en tiempos pacíficos». Por su parte, William Thelusmond, activista y defensor de derechos humanos afirma que, a pesar de que el panorama no es claro, iniciar una transición, ya es un paso. Además recuerda que, el pueblo haitiano ya demostró ser capaz de parar a las bandas criminales, hace más o menos un año atrás. Finalmente, también afirma que lo que hay que observar, conocer y desarmar, es a las fuerzas e intereses que están «por detrás de las bandas criminales».

En ese escenario, el pueblo haitiano continúa no solo viviendo una inseguridad extrema sino también y consecuentemente, la escasez y múltiples dificultades en su vida cotidiana. Mientras unos intentan ponerse de acuerdo y otros, ya se movilizan en contra de un consejo que aún no comienza, desde muchos puntos del continente, esperamos que el pueblo haitiano, ejemplo de dignidad, resistencia y libertad, logre encontrar la salida democrática y justa a una crisis que se prolonga ya por demasiado tiempo.