Nosotros -movimientos, organizaciones y activistas, judíos y árabes- escribimos estas palabras desde el profundo luto por los miles de personas asesinadas en las últimas semanas, y desde la terrible ansiedad por la seguridad de los secuestrados y de quienes seguirán sufriendo muertes y daños en Israel, Gaza y Cisjordania.

La brutal masacre perpetrada por Hamás el 7 de octubre nos dejó a todos -judíos y árabes- atónitos y conmocionados. En las semanas transcurridas desde aquel sábado maldito, a las atrocidades cometidas por Hamás se han sumado otras: miles de personas han muerto, y siguen muriendo, por los bombardeos israelíes en Gaza, muchos de cuyos residentes incluso se han quedado sin agua ni electricidad.

Innumerables niños, mujeres y ancianos inocentes perdieron la vida en ambos bandos; cientos de miles perdieron sus hogares y su mundo: dañar a inocentes en un bando no equilibra el dolor de la matanza en el otro, solo añade más dolor al inmenso dolor.

La ocupación, el asedio, las guerras, el terrorismo, la opresión, el racismo y la violencia, la violación de la democracia y de los derechos humanos, todo ello ha llevado a los dos pueblos que viven entre el mar y el río Jordán a un desastre inimaginable e inconmensurable. Precisamente en estos terribles días, la simple verdad está más clara que nunca: la libertad, la seguridad y la vida de todos los que viven en esta tierra dependen recíprocamente.

En memoria de los asesinados y por el bien de los vivos, debemos actuar juntos -judíos y árabes- por la liberación de los secuestrados y cautivos, por el fin de la guerra, por el fin de la ocupación y del conflicto, por la paz.

Nosotros, que creemos en el camino de la democracia y la paz, hacemos un llamamiento a:

1. Esforzarnos por conseguir un alto el fuego estable, en cuyo marco se inicien inmediatamente las negociaciones para un acuerdo político basado en el reconocimiento mutuo del derecho de los dos pueblos a la autodeterminación, un acuerdo que garantice la seguridad, la libertad y el bienestar de ambos pueblos.

2. Promover inmediatamente un amplio intercambio de prisioneros («todos por todos»).

3. Dejar inmediatamente de dañar a civiles inocentes. No hay ni puede haber justificación alguna para dañar a inocentes.

4. Actuar inmediatamente para frenar la violencia desenfrenada de los colonos en Cisjordania con el respaldo del ejército, y para frenar la propagación que esta violencia intenta promover.

5. Detener la persecución y la opresión de los ciudadanos palestinos de Israel y de quienes expresan su solidaridad con los residentes de Gaza y se oponen a la guerra. Detener la violación de los derechos básicos, como la libertad de expresión y de manifestación, entre otros.

Todos hemos experimentado los ataques de la violencia. Una y otra vez es evidente que no hay solución militar a este conflicto, ni puede haberla nunca. La única manera de detener el derramamiento de sangre es un acuerdo político que garantice la seguridad, la justicia y la libertad de ambas naciones.

En la guerra no hay vencedores. Sólo la paz traerá seguridad.

Firmado:

Academia for Equality; Arava Institute for Environmental Studies; Banki; Bimkom – Planners for Planning Rights; Combatants for Peace; Druze Initiative Committee; The Forum for the Fight Against Incitement; Hadash; Hands of Peace; Horiya; Jahalin Solidarity; Jordan Valley Activists; Kaa”- political working group; Looking the Occupation in the Eye; MachsomWatch; Mesarvot; Mothers Against Violence; Negev Coexistence Forum for Civil Equality; New Profile; On the way to Sulha; Parents Against Child Detention; Parents Circle Families Forum; PsychoActive; Rabbis for Human Rights; Social Workers for Peace and Welfare; Tandi; Tomorrow’s Women; Torat Tzedek; Women in Black; Woman to Woman; Yesh Gvul; Your Neighbor as Yourself; Youth Against Dictatorship; Zazim – Community Action; Zochrot ; Itach Ma’aki – Women Lawyers for Social Justice

 

(Traducido del inglés por David Meléndez Tormen)