Entre el 27 de Noviembre y el 1° de Diciembre se desarrollará la Segunda Reunión de los Estados Partes del Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares (TPNW) en la sede de la ONU en Nueva York. El cónclave reunirá a gobiernos, científicos y activistas de todo el mundo para avanzar en este tratado histórico que prohíbe de forma exhaustiva todo lo relacionado con las armas nucleares.

En forma previa, este Domingo 26 de noviembre tuvo lugar en la Iglesia Brick de Nueva York la reunión preparatoria de los activistas de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), reunión a la que asistieron unas 250 personas en representación de 100 países.

La Directora Ejecutiva de la ICAN, Melissa Parke, recordó cómo el riesgo de una explosión nuclear debida a un posible error, accidente o sabotaje se cierne sobre la humanidad cada día; las repercusiones sobre las poblaciones que han sufrido ensayos nucleares (como Kazajstán) abren cuestiones relacionadas con los artículos 6 y 7, como la asistencia a las víctimas y la limpieza del medio ambiente.

El nacimiento del tratado en 2017 en NYC y su posterior institucionalización está permitiendo su universalización como pivote fundacional del desarme nuclear incluso frente al Tratado de No Proliferación, siendo conscientes de que la presión sobre los estados nucleares tendrá que ser continua e implacable.

Las intervenciones de la primera parte concluyeron con la excelente noticia de que Indonesia está a punto de ratificar el tratado en los próximos días.

En la segunda parte surgieron noticias menos positivas debido a las recientes crisis internacionales. De hecho, tanto Rusia como EE.UU. están modernizando sus arsenales, incitando en consecuencia a los otros 7 países nucleares a seguir su ejemplo, lo que provocaría un efecto dominó también en los aliados mutuos que se equiparían con las llamadas bombas tácticas. Incluso el número de nuevos países que aceptarían albergar artefactos nucleares en Europa podría aumentar hasta un máximo de 9 (6 ó 7 más en la OTAN, un par bajo influencia rusa).

Esto supone inversiones económicas considerables, riesgos sanitarios en las zonas donde se desarrollen y almacenen los nuevos artefactos, todo ello en nombre de una disuasión que abusa de la palabra seguridad revistiéndola de significados ideológicos; no hay compatibilidad entre armas nucleares y seguridad.

La reunión se cerró con la denuncia de que Rusia pretende ampliar su programa atómico en el continente africano; de ahí la propuesta que se debate en la Unión Africana de permitir el uso y la venta de uranio sólo con fines pacíficos.

Al mismo tiempo, en Estados Unidos, con el fin de cerrar la puerta a la influencia de la industria nuclear, se está planeando incidir en la educación a todos los niveles concienciando a los estudiantes de los impactos catastróficos de este tipo de armamento.

Cobertura especial de Pressenza de la Conferencia Internacional de los Estados Partes del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares en Nueva York por Sandro Ciani, de la delegación de Mundo Sin Guerras y Sin Violencia.