Diana Eltahawy, directora adjunta del Programa Regional para Oriente Medio y el Norte de África de Amnistía Internacional, ha expresado su preocupación por la inminente ejecución en Irán de tres manifestantes de Isfahán: Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi. Esta preocupación surgió tras la difusión en los medios de comunicación nacionales de sus «confesiones» forzadas y la confirmación por el Tribunal Supremo de su condena a muerte, a pesar de la preocupación por la tortura y la falta de un juicio justo.

«La escandalosa forma en que se aceleró el juicio y la condena de estos manifestantes en el sistema judicial iraní, incluido el uso de ‘confesiones’ obtenidas mediante tortura, graves defectos procesales y falta de pruebas, es otro ejemplo del desvergonzado desprecio de las autoridades iraníes por el derecho a la vida y a un juicio justo»,–dijo Diana Eltahawy–. «En un mensaje de audio desde la cárcel, Majid Kazemi afirmó que lo habían obligado a hacer declaraciones falsas que lo autoinculpaban, como consecuencia de las torturas sufridas durante los interrogatorios que incluían palizas, descargas eléctricas, simulacros de ejecución y amenazas de violación y violencia contra los miembros de su familia.»

«El uso de la pena de muerte contra estos hombres es un flagrante acto de venganza contra una generación de valientes manifestantes que han exigido constantemente los derechos del pueblo iraní durante los últimos siete meses. Es una prueba más de que las autoridades están adoptando medidas cada vez más violentas y extremas para hostigar y aterrorizar al pueblo iraní con el fin de acabar con las protestas a cualquier precio e imponer el silencio y la sumisión por la fuerza.»

«Ante el horror de la actual oleada de ejecuciones perpetradas por las autoridades, es imperativo que la comunidad internacional actúe con urgencia y determinación para detener la ejecución de estos manifestantes antes de que sea demasiado tarde. Las autoridades penitenciarias informaron a sus familias de que hoy sería su última visita. La comunidad internacional también debe instar a las autoridades iraníes a que establezcan de inmediato una moratoria oficial de las ejecuciones. Pedimos a todos los Estados que ejerzan la jurisdicción universal sobre todos los funcionarios iraníes sobre los que existan sospechas razonables de responsabilidad penal por crímenes de derecho internacional.

Información adicional

En noviembre de 2022, Majid Kazemi, Saleh Mirhashemi y Saeed Yaghoubi fueron detenidos por participar –en la ciudad de Isfahán– en protestas desencadenadas por las manifestaciones a gran escala provocadas por la muerte bajo custodia de Mahsa (Zhina) Amini.

Según fuentes informadas, los tres hombres fueron torturados durante su desaparición forzada y obligados a hacer declaraciones autoinculpatorias, que constituyeron la base de la causa penal contra ellos. Las fuentes declararon que los interrogadores suspendieron a Majid Kazemi boca abajo y le mostraron un vídeo en el que torturaban a su hermano, también detenido. También sometieron a Majid Kazemi a simulacros de ejecución al menos 15 veces, haciéndole subir a una silla y poniéndole una soga alrededor del cuello, sólo para tirar de él en el último momento. En los días previos al juicio, amenazaron con matar a sus hermanos si no aceptaba los cargos y «confesaba» lo que decían.