El 3 de abril, la Cámara de Representantes de Malasia aprobó una ley para anular la pena de muerte obligatoria para 12 delitos, entre ellos los de drogas, que suponen la mayoría de las condenas a muerte en el país.

Cuando la medida sea aprobada también por el Senado, donde no se espera que sea enmendada, el juez tendrá discrecionalidad para fijar la sentencia, sopesando la gravedad del delito y considerando cualquier circunstancia atenuante. Además, las personas ya condenadas a muerte podrán solicitar un nuevo juicio.

Desde 2018 está en vigor en Malasia una moratoria de las ejecuciones.