Reconozcámoslo: si el precio de la gasolina está subiendo, si las familias no pueden pagar sus facturas, si las industrias se ven obligadas a cerrar, si estamos viviendo esta pesadilla hoy, es por culpa de una guerra comercial que Estados Unidos está librando para beneficiar a sus propias industrias. Veamos por qué.

El gasoducto Nord Stream 2 es un duplicado del gasoducto Nord Stream y supondría un gran aumento de la cantidad de gas que llega de Rusia a Alemania y Europa a través del Mar Báltico. Se completó en noviembre de 2021, pero se suspendió debido a la presión de Estados Unidos. De hecho, Washington siempre se ha opuesto a la construcción de este oleoducto. Por ejemplo, Trump lo hizo en 2019 al imponer estrictas sanciones a las empresas implicadas en las obras.

Según George Friedman, politólogo y analista, presidente de la agencia de inteligencia estadounidense Stratfor y asesor del gobierno: «Para Estados Unidos, el principal temor es el capital y la tecnología de Alemania, junto con los recursos naturales y la mano de obra de Rusia. Es la única combinación que ha asustado a los Estados Unidos durante siglos». Esta colaboración llevaría a una pérdida de poder y control sobre Europa; ¡el eje Alemania (Europa) – Rusia no debe ser!

El precio del gas comenzó a subir tras la suspensión del Nord Stream 2. De hecho, en los últimos meses los rusos han seguido cumpliendo sus contratos de suministro de gas sin cambiar ni la cantidad ni el precio. Muchos expertos afirman que se ha producido una especulación por parte de las empresas de almacenamiento, que, al ver agotadas sus reservas y ante la incertidumbre sobre el futuro, han subido los precios. Pero es más probable que sea un movimiento deliberado por varias razones:

1. Impedir la cooperación de Rusia con Europa y, en particular, con Alemania.

2. vender su propio gas de esquisto (lutita).

Estados Unidos es quizás el mayor productor de gas, conocido como LGN, gracias a una técnica (el fracking) que obtiene este combustible a partir de la fragmentación de rocas de esquisto, una técnica altamente contaminante y peligrosa. Este gas líquido se transporta por barco y luego se regasifica. Estados Unidos quiere sustituir a Rusia en el suministro de gas a Europa, aunque el LGN sea 2-3 veces más caro.

Ahora entendemos la trampa que ha construido EEUU: amenazar con invadir el Donbass para reprimir a la minoría rusa (que en realidad es casi mayoritaria en esa región) para provocar la reacción de Rusia. Entonces se activarían nuevas sanciones y se justificaría el cierre definitivo del Nord Stream 2. A Europa no le quedaría más remedio que abastecerse de esquisto americano.

En resumen, los intereses de Europa y de Estados Unidos no coinciden. También podemos decir que, en realidad, no estamos ante una guerra entre Rusia y Ucrania, como quiere hacernos creer la propaganda de Washington, sino ante una guerra indirecta entre Estados Unidos y Europa.