El Parlamento Europeo aprobó una enmienda con 293 votos a favor y 284 en contra «en la que se pide a la UE que apoye la iniciativa presentada por India y Sudáfrica en la Organización Mundial del Comercio, en la que se solicita la suspensión temporal de los derechos de propiedad intelectual relativos a las vacunas, equipos y terapias para hacer frente al COVID-19». 

Hablamos de ello con Manon Aubry, diputada del Grupo GUE/NGL, que lleva mucho tiempo luchando por las vacunas gratuitas en el Parlamento Europeo. 

La votación de ayer quebró el frente pro-multinacional. ¿Cómo se sintió y cómo lo ve? 

La votación de nuestra enmienda, en la que se pide claramente el apoyo a la propuesta de India y Sudáfrica a la OMC, es una magnífica victoria contra el lobby de la big pharma. Es el resultado de una lucha sin tregua que hemos llevado a cabo durante meses en el Parlamento Europeo (donde inicialmente estábamos solos) junto con las ONG y los ciudadanos. Ahora podemos decir que el Parlamento Europeo está oficialmente del lado de la eliminación de las patentes de las vacunas: esto pone más presión sobre la Comisión, el Consejo y los Estados miembros. ¿Quieren ser los únicos en el mundo que bloqueen lo que nos permitiría salir de la escasez y vacunar a todo el planeta con tal de proteger los beneficios de unos pocos accionistas? 

¿Cuáles son los próximos pasos, dentro y fuera del parlamento? 

Hay mucha hipocresía en las instituciones y gobiernos europeos sobre el tema de la eliminación de las patentes. El sorprendente giro de Biden obligó a Macron a dar marcha atrás en la cuestión, diciendo que está «muy a favor» aunque siempre ha votado en contra de la OMC, al igual que su grupo en la Asamblea Nacional y el Parlamento Europeo. Pero Merkel reaccionó inmediatamente para marcar su firme oposición a cualquier cuestionamiento de las patentes y, desde entonces, no está clara la posición de Francia. Nuestro objetivo hoy es doble. En primer lugar, seguir presionando al Parlamento Europeo, que votará en junio una resolución específica sobre el tema, para obligar a la Comisión y al Consejo a adoptar una posición clara en las próximas reuniones de la OMC. Y luego ampliar el tema para que el debate sobre las patentes de la vacuna Covid se convierta en un precedente para el futuro: ¡la salud mundial no puede considerarse una mercancía cuando están en juego millones de vidas! 

Dentro del movimiento «Que nadie se lucre con la pandemia» ha habido diferentes reacciones a las declaraciones de Biden. ¿Cuál es su posición? 

No seamos tontos: ¡Biden no se ha convertido de la noche a la mañana en un gran revolucionario que quiere impedir cualquier aprovechamiento de la pandemia y crear polos de producción pública! Debemos ver el cambio de rumbo de Biden como una oportunidad que hay que aprovechar y eso es lo que hemos hecho con éxito en el Parlamento Europeo. Queremos una revocación inmediata, completa y duradera de las patentes de vacunas, no un compromiso barato. Y también queremos un reparto justo de las materias primas necesarias y la transferencia obligatoria de tecnología y conocimientos técnicos de los grandes laboratorios. Estas medidas no están en conflicto entre sí, como afirma la UE: al contrario, ¡se complementan! Así es como podremos movilizar todas las capacidades de producción del mundo que hoy permanecen inutilizadas. 

El tiempo se acaba. ¿Esperamos poder poner las vacunas a disposición de los países más necesitados? 

Se ha perdido un año por negarse a organizarse desde el principio para pensar en la inmunización como una cuestión global y en la vacuna como un bien común de la humanidad. Ahora estamos pagando un alto precio con países devastados por la pandemia y la aparición de nuevas variantes. La Unión Europea es directamente responsable de este estancamiento y seguiremos pidiendo una comisión de investigación para que sus dirigentes rindan cuentas. Pero no es demasiado tarde para reaccionar y cambiar de política. Si conseguimos que se revoquen las patentes y que la transferencia de tecnología sea obligatoria, podemos esperar nuevas líneas de producción en unos meses. No podemos perder ni un segundo porque la inacción mata. Necesitamos al menos entre 15.000 y 20.000 millones de dosis el año que viene, quizás más si se necesitan cambios regulares o adaptaciones. Todavía se puede hacer, pero tenemos que empezar ahora y dejar de esperar educadamente a que lo haga Big Pharma. 

La pandemia está opacando muchas otras emergencias sociales. ¿En qué debemos trabajar en los próximos meses? 

La pandemia no tiene precedentes en la historia reciente y ha tomado a todos por sorpresa. Es normal que la crisis sanitaria lleve un año bajo los reflectores, pero ahora toca hablar de la cuarta ola, que es y será la social. La pobreza se dispara en toda Europa. Los jóvenes hacen cola en los comedores sociales. Los trabajadores independientes han acumulado deudas y corren el riesgo de quiebra de un día para otro. La situación es extremadamente grave y requiere medidas de emergencia inmediatas. En primer lugar, hay que restablecer nuestro margen de maniobra presupuestario: anular las deudas públicas en poder del Banco Central Europeo e introducir impuestos sobre los que se han beneficiado de la crisis, ya sean multimillonarios o multinacionales. Esto permitiría financiar el componente social del Plan de Recuperación, ¡que la Unión Europea ha ignorado por completo! Si Biden puede hacerlo en Estados Unidos, nosotros podemos hacerlo en Europa. 


Traducido del italiano por Estefany Zaldumbide.