El 10 de diciembre de 2020 es el 72º aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Este documento es un testimonio poderoso y esperanzador de la convicción que todas las personas en nuestro planeta deberían tener acceso a los derechos humanos fundamentales, incluyendo el amparo de la ley, la libertad de pensamiento y expresión, el derecho a la educación y el derecho a un nivel de vida adecuado. No obstante, es difícil imaginar una celebración alegre de este hito en este año, dados los desafíos mundiales que presentó la pandemia del coronavirus.

Este año, según Feeding America (la mayor organización de lucha contra el hambre de los Estados Unidos), más de 50 millones de personas sufrirán inseguridad alimentaria en los Estados Unidos: el país más rico del mundo. «Es posible que en países de América Latina y el Caribe millones de los estudiantes que se encuentran en un estado vulnerable no regresen a la escuela», dijo Bernt Aasen, el Director Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. «Para los estudiantes que no tienen computadoras, internet, o incluso un lugar para poder estudiar, aprender desde casa se ha convertido en un desafío desalentador».

La pandemia se ha convertido en una lupa, que resalta la brecha entre las aspiraciones de la propia declaración y la verdadera situación en la que viven las personas hoy en día. El principal desafío de esta declaración, a diferencia de los avances anteriores como la educación universal o la abolición de la esclavitud es, que por más fuerte que sea, no es un documento jurídicamente vinculante. En cambio, fue creado como una referencia que cada país debe aplicar y seguir. Pero he aquí la pregunta: ¿Cuántos países han cambiado sus propias constituciones para adoptar los principios de este documento? ¿Cuántas instituciones internacionales han adoptado esta declaración? Muy pocas.

Por ejemplo, leamos el Artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Están dotados de razón y conciencia y deben actuar unos con otros en un espíritu de hermandad. Con la aplicación de este artículo, muchos departamentos de policía en los EE.UU. estarían en grandes problemas. Sólo 110 agentes de la ley en todo el país1 han sido acusados de asesinato u homicidio en un tiroteo en pleno servicio, a pesar de que alrededor de 1.000 personas son asesinadas por la policía cada año. De acuerdo con una base de datos mantenida por The Washington Post, sólo 42 oficiales han sido condenados, pero muchas de esas condenas terminaron siendo por un delito menor. Apenas cinco de estos oficiales fueron condenados por asesinato (y la condena no fue anulada). ¿Llegará el día en el que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos adopte la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

Imagine que la Organización Mundial del Comercio hubiera aplicado la DUDH antes de establecer acuerdos comerciales entre países. Entonces, hoy en día el mundo sería un lugar muy diferente. Y si las empresas y entidades económicas aplicaran el artículo 23, en muy poco tiempo seríamos testigos de un mar de transformaciones para millones de personas:

(1) Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

(2) Toda persona, sin discriminación alguna, tiene derecho a recibir un salario igual por la realización del mismo trabajo.

(3) Toda persona que trabaje tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria que le asegure a él/ella, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana, y en caso de ser necesario, será complementada por otros medios de protección social.

(4) Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a su afiliación a éstos, con el fin de proteger sus intereses.

En cuanto a la educación, Massachusetts aprobó la primera ley de enseñanza obligatoria en 1852 y para 1918 todos los niños estadounidenses estaban obligados a asistir por lo menos a la escuela primaria. Actualmente, la ciudad de Nueva York gasta el 33% de su presupuesto en educación y está legalmente obligada a acoger a cualquier niño que solicite ser matriculado. Se adoptaron políticas similares en muchos países de todo el mundo y hoy en día la UNESCO, con 193 Estados miembros, está dirigiendo sus esfuerzos hacia la Educación Universal. Puede ser nuestro mayor éxito en la implementación de un Derecho Humano Universal, y ha sido un efecto demostrativo muy interesante.

A la luz de los desafíos que enfrentamos en un mundo post-COVID, quizás el Ingreso Básico Universal (UBI) pueda ser visto como el próximo derecho humano por el cual podamos luchar. Apenas la semana pasada, el líder del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, predijo que el 2021 sería probablemente «el peor año de crisis humanitaria desde el comienzo de las Naciones Unidas” hace 75 años, añadiendo que, para una docena de países, la hambruna está «llamando a su puerta». En nuestra sociedad, nadie puede vivir sin recursos económicos y, sin embargo, la mayoría de las personas ni siquiera tienen los recursos suficientes para cuidar de sí mismos o de sus familias. El UBI proporcionaría a todos unos ingresos mínimos garantizados. Como el sentimiento expresado en la DUDH, el principio básico del UBI es que cualquier sistema económico debe estar al servicio del bienestar de todos, y no al revés.

Esperemos que las enormes necesidades de este tiempo nos ayuden a darnos cuenta de que hay mucha más seguridad al adoptar la DUDH, antes que seguir gastando enormes energías y recursos en presupuestos militares inmorales. ¿Tendrá el Occidente blanco, la tan llamada «sociedad desarrollada», el liderazgo necesario para reducir su presupuesto militar y crear un efecto demostrativo, como lo hizo anteriormente con la educación? No es una cuestión de creatividad o de nuevas ideas, sino de poner al ser humano como una valiosa preocupación central. ¡Que la Declaración Universal de los Derechos Humanos nos proporcione la hoja de ruta para nuestra primera sociedad que tenga humanidad de verdad!


Traducción del inglés por Alanissis Flores