Escrito por Lyubov Sharkova

En un corto período, la vida en Rusia ha cambiado para todos. He empezado a notar cómo la gente a mi alrededor se está volviendo loca. El distanciamiento social es la prioridad de sus vidas, por lo que evitan y culpabilizan a las otras personas. Esta gente es muy educada, acomodada y su mente es flexible. No importa quiénes eran en su vida “antes del corona”, pues todos ellos tienen miedo ahora y esa es la razón de su locura.

Tienen miedo de ir a la oficina, de caminar, de reunirse con sus amigos y de hacer lo que solían hacer. Y todos ellos están repitiendo el mismo lema, la situación es muy seria. No queremos que el escenario italiano y americano se repita aquí. Una persona le contó a mi amigo que cancelaron el festival de Cannes. Nunca lo habían hecho antes, así que eso significa que el mundo está cerca de la catástrofe.

¿Usted podría decir que es la pandemia de coronavirus la que está cambiando a Rusia?

No, diría que fue la Pandemia del Miedo la que lo hizo.

Por supuesto, ningún político quiere ver todas estas víctimas humanas (y las caídas de sus propios índices), pero ¿Realmente saben qué hacer?

Aquí en Rusia, la primera declaración sobre el coronavirus fue hecha por el Presidente Vladimir Putin el 25 de marzo. Él reveló las medidas diseñadas para frenar la transmisión del coronavirus, declarando que la semana siguiente sería no laborable para la mayoría de las personas e instó a que la gente se quede en casa. Todos los lugares de entretenimiento en Moscú, y algunas otras ciudades fueron cerradas, así como la mayoría de las escuelas, jardines de infantes y universidades, pero no se anunció una cuarentena ni un estado de emergencia. Mucha gente salió a caminar durante el fin de semana bajo el sol, pero los medios de comunicación los expusieron como “violadores” de una cuarentena inexistente. La reacción de las autoridades ante ese comportamiento de pánico de parte de los medios fue un bloqueo total en la mayoría de las regiones de Rusia. Este bloqueo se expandió hasta finales de abril, y los medios de comunicación y muchos de los expertos han presionado con éxito para que el gobierno tome medidas innecesarias.

El número de casos del virus aumenta día con día, pero la tasa de mortalidad es inferior al 1%. Un nuevo informe de salud del gobierno italiano dice que el 99% de los muertos tenían enfermedades preexistentes. Parece que las acciones del gobierno están orquestadas por la Pandemia del Miedo.

Debido a la forma en que funcionan las epidemias, la mayoría de la gente está infectada por el virus o ya lo estará en un futuro. Cuando eso golpee a la gente y a los políticos, ¿tendremos más pánico? Un miedo irracional podría tomar el control, con consecuencias que aún no hemos presenciado.

Hoy en día, muchos expertos rusos debaten si este virus ya se ha estado propagando en Rusia desde finales del año pasado. En realidad, sabemos que en noviembre hubo un brote de neumonía en algunas regiones rusas, y algunas escuelas en Moscú fueron cerradas para la cuarentena en diciembre debido a la adquisición comunitaria de neumonía. Según la agencia estatal de estadísticas, Rosstat, en enero en Moscú el número de casos de neumonía aumentó un 37% en comparación con el 2019. El número total del mes fue de 6921. Pero ningún experto  se preocupó tanto, de hecho, incluso ahora no pueden decir qué virus causó la neumonía. Nadie se preocupó lo suficiente.

Ya sabemos que el encierro le está costando mucho a la economía rusa. Algunos funcionarios están haciendo pronósticos de 1,5-2% de pérdida de PIB (Producto Interno Bruto) por cada mes de cuarentena. Según las últimas encuestas en línea, la crisis económica ya ha tenido un impacto del 60% de los encuestados. El 45% ha disminuido sus ingresos, y el 5% ya ha perdido su trabajo. Alrededor del 65% de los rusos no tienen ningún ahorro. La Pandemia del Miedo está impactando mucho.

El gobierno ruso ya ha tomado medidas para apoyar a los desempleados, empresas importantes y trabajadores médicos, pero está claro que no se puede salvar la vida de todo el mundo.

Como ciudadana, quiero saber más acerca de las estadísticas concretas sobre los casos graves que llevan a las muertes. ¿Saben realmente quienes mueren por el coronavirus, y quienes mueren por vivir en condiciones que les habrían llevado a la muerte en un futuro no muy lejano? Quiero ver que los epidemiólogos profesionales y los científicos que guían a los políticos revelen más de sus dudas sobre la forma de contar las muertes, como lo han hecho en Suecia. Ellos son los que pueden detener la histeria en los medios y en el discurso cotidiano. En Suecia, donde el epidemiólogo líder Anders Tegnell y el jefe de la agencia de Salud Pública Johan Carlson toman las decisiones importantes y no el gobierno, como lo ordena la constitución, están equilibrando la elección, por un lado entre el progreso de la enfermedad, y por el otro el efecto en: la economía, la estabilidad humana e incluso la cordura. La tasa de mortalidad en términos mundiales es relativamente baja, aunque de cierta forma es más alta que en los países vecinos como Dinamarca, Noruega y Finlandia, pero la economía sigue funcionando bastante mejor y la gente se siente menos amenazada por la posibilidad de desempleo, una gran recesión y una crisis social.

No quiero vivir en una atmósfera de miedo permanente en Rusia, donde los políticos siguen el patrón occidental y parecen reaccionar espontáneamente a esta crisis.

Solo cuando esta pandemia termine y volvamos a nuestras vidas cotidianas, podremos analizar todo lo que pasó y todas las medidas que se tomaron sin precedentes. Pero no podremos revisar el costo que pagamos por nuestros errores. Así que tal vez debamos pensar primero y luego actuar, dejando atrás la pandemia del miedo.

La autora es productora de televisión en Moscú, especializada en asuntos de actualidad. E-mail: sharkova08@gmail.com


Traducción del inglés por Alanissis Flores