Escenas de la «carnicería mexicana». Son ellos con quienes estamos conviviendo cada vez más. Ahora parece que somos adictos a esta violencia, llegamos a creer que, en una sociedad civil y democrática, es normal que la policía «acuse» preventivamente a los ciudadanos, a los manifestantes.

¿El delito, el «crimen» de estos ciudadanos? Estar allí, en la plaza. ¿El castigo por este crimen? Lluvia abundante de gas tóxico y «sano», esparcido «en el montón», llegue a quién le llegue. ¿Procedimientos normales de un país civilizado, identificación, denuncia y juicio para aquellos que personalmente han cometido algún delito? Se han suspendido. Cómo se suspenden la Constitución y la democracia.

Escenas de la «Carnicería mexicana«. Los hemos visto, durante semanas, 24 ahora, en Francia. Ayer, pero no es la primera vez, en Italia, en Turín.

Los hechos de Turín: la policía detiene al No Tav

En Turín, la policía » aparta » por la fuerza a los manifestantes de una plaza más que otras. Era casi como si -alguien grita por el altavoz- la decisión de quién puede manifestarse y qué puede decirse sería del Ministro del Interior, Salvini.

Pubblichiamo un video con le immagini di quanto accaduto oggi a Torino per la celebrazione della festa dei lavoratori, allegato l'appello di alcuni manifestanti presenti, che invitano a diffondere le immagini di quanto accaduto:"Stiamo leggendo ricostruzioni assai fantasiose di cosa è successo oggi. Stavamo sfilando tranquillamente quando la polizia ha prima spezzato il corteo poi caricato a freddo i #notav presenti al primo maggio. Le immagini parlano da sole quindi chiediamo agli organi di stampa di SMETTERE DI MENTIRE in maniera così spudorata e a tutte e tutti di far girare questo video."

Gepostet von Pressenza Italia am Mittwoch, 1. Mai 2019

Las imágenes de los hechos son elocuentes y crudas. Lo que tiene más sentido es la inmunidad que estos «agentes » tienen garantizada a pesar de que sus acciones hayan sido fotografiadas y filmadas por muchas personas.

«En Via Roma, a pocos pasos de llegar a Piazza San Carlo, el lugar de la manifestación final, la policía rompió la procesión y sacó a No TAv, simplemente para no dejarnos llegar mientras los sindicatos seguían hablando desde el escenario. En resumen, para evitar unos cuantos silbidos, no dudaron en golpear a jóvenes y mayores, causando al menos una docena de lesiones», nos cuenta No Tav en su página web.

Y aquí no pretendo defender a quien, de los manifestantes de Turín, el No TAV, haya recurrido a la violencia contra los policías y tampoco para defender a quienes quieren impedir o perturbar una reunión ajena. No quiero ocultar el hecho de que, con frecuencia, en medio de los manifestantes pacíficos, hay personas violentas y también verdaderos criminales. Sin embargo, es inaceptable que precisamente aquellos que tendrían el deber de defender la Ley, y especialmente a los ciudadanos, sean siempre culpables de acciones violentas justificables.

Y aquí debemos reabrir el debate sobre los «códigos de identificación» que las fuerzas de seguridad deben llevar en sus cascos, según la petición planteada hace algún tiempo por Amnistía Internacional.

Los hechos de París: la policía lanza gas lacrimógeno también el sindicato

Acontecimientos similares, por no decir más graves, tienen lugar en Francia, especialmente en París, en el caso de las manifestaciones del movimiento «Gilet Jaunes», los chalecos amarillos. Cientos de detenciones, a menudo ilegales, zonas «rojas» prohibidas a las procesiones, periodistas obstaculizados para impedir su trabajo de documentación, personas salvajemente golpeadas por los policías, manifestantes desmayados a causa de las ráfagas de bombas de gas lanzadas por los agentes, muchos ciudadanos que se han quedado sin un ojo o una mano.

La diferencia, sin embargo, entre Italia y Francia, es que hay una prensa que denuncia los hechos, tanto la violencia de algunos manifestantes como la de algunos gendarmes.

Allí, en Francia, la televisión se pregunta si es un «buen método» utilizado por la policía para mantener el orden público.

Allí, Philippe Martínez, secretario general del sindicato de la CGT -nuestro CIGL- decidió no celebrar la concentración prevista al final de la procesión el 1 de mayo para denunciar una «represión sin precedentes y sin discernimiento» por parte de la policía, según el periódico «Le Figaro». Él mismo sufrió, en sus inmediaciones, la explosión de una bomba lacrimógena: «No es agradable ser gaseado», explicó. «Condenamos toda violencia -añadió-. Es inaceptable escuchar a los «black blocs » gritar a la policía «suicídense».

El sindicalista ha especificado no estar en contra de los policías sino contra «quién dio las órdenes»: las «responsabilidades» son del ministerio del interior Christophe Castaner y el prefecto, concluyó.

Declaraciones que, aquí, son y serían inauditas.


Traducción del italiano por Nicole Salas