El pasado 16 de enero, el Consejo Regional de Umbría puso en marcha la convocatoria para la creación y desarrollo de una cadena de suministros regional corta para la parte central, poniendo a disposición 2 millones y 600 mil euros en el PDR 2014 -2010. El 20 de marzo de 2019, el mismo Consejo Regional comenzó a apoyar la cooperación en el suministro de biomasa para la producción de energía y los procesos industriales.

Ambas acciones desencadenan un fuerte ataque a las zonas: de hecho, la de los avellanos favorece la formación de agregaciones entre los agricultores, que se comprometen a construir plantas de producción, y los intermediarios, que se comprometen a comprar la producción de avellanas para trabajarlas y comercializarlas, con el fin de permitir que el sector de la avellicultura de Umbría se adapte de forma adecuada y competitiva a las necesidades de los mercados nacionales e internacionales.

«El objetivo de la Región a través de esta invitación – dijo la Consejera de Agricultura Fernanda Cecchini – es precisamente diversificar nuestra agricultura tradicional, junto a otros cultivos como el de la avellana, con una sólida cadena de suministros, lo que puede dar un gran impulso a este territorio. Por otro lado, el cultivo de la avellana es especial, tarda varios años en iniciarse y para ello se precisan determinadas previsiones.

¿Diversificar?

En el ámbito agrícola, la Región de Umbría se centra principalmente en los monocultivos (viñedos, avellanos) con el uso de productos fitosanitarios sintéticos que se utilizan no sólo para tratar o prevenir infecciones en plantas causadas por organismos nocivos como hongos o criptógamas, bacterias, insectos, ácaros, nematodos, virus, micoplasmas, roedores, etc., sino también para combatir o eliminar especies vegetales no deseadas. Pero eso no es todo: los monocultivos producen un alto nivel de daños ambientales y de salud, contaminan el aire, el agua y los alimentos y contribuyen a la pérdida de biodiversidad. Los monocultivos no proporcionan alimentos primarios y por eso quitan el suelo, consumen agua y utilizan productos fitosanitarios. Enfermedades como la enfermedad de Parkinson y la ELA se deben al uso excesivo de pesticidas. La batalla por la protección del clima -muy fuerte en estos meses- debe incluir también el reto de la agricultura sostenible.

La otra medida aprobada, que ofrece un apoyo a la biomasa, no es mejor: la Región promueve la deforestación y la combustión con emisión de contaminantes y, por lo tanto, efectos nocivos para la salud de los ciudadanos que viven cerca de las centrales.

El concejal Cecchini afirma que «las intervenciones están dirigidas a la cooperación entre las empresas agrícolas y otros actores que contribuyen a mejorar el estado concreto de conservación de los hábitats o áreas protegidas con soluciones innovadoras que también podrían incluirse en los planes de gestión o en la normativa.”

La finalidad de la sub-medida es apoyar el establecimiento de agregaciones entre productores de biomasa de carácter forestal o agrícola, empresas y transformadores de biomasa para uso energético, con el fin de establecer cadenas verticales capaces de potenciar los recursos locales.

Concretamente, se espera que la presentación de los planes de actividad abarquen: el estudio de viabilidad de una cadena territorial y de las acciones destinadas a establecer la propia cadena, el análisis de los territorios en cuestión, la biomasa de la que son proveedores las explotaciones agrícolas o los propietarios de bosques, las categorías de los temas que van a intervenir, así como el número de asuntos de cada una de estas categorías, y el cálculo de la dimensión económica global estimada, así como de la conveniencia económica de la puesta en marcha de la cadena.

La ayuda representa el 100% de los gastos admisibles, con intervenciones que corresponden principalmente a las zonas de la Red Natura 2000 y otras zonas protegidas (!). ¿La biomasa es realmente sostenible? Y dado que su impacto en la reducción del CO2 es cuestionable, ¿por qué alentarlos aún más? Estímulos que los mantienen vivos, sin los cuales no tendría sentido existir. Estímulos para la biomasa para alimentar a las plantas. Especulación tras especulación. ¿Y quién paga por estos incentivos? Nosotros, los usuarios de la cuenta.

RIPA (Rete Interregionale Protezione Ambiente) (Red Interregional para la Protección del Medio Ambiente – en español)


Traducción del italiano por Nicole Salas