Una multitud imparable de estudiantes de nivel medio y universitario, jóvenes y muy jóvenes, han invadido las calles del centro de Milán esta mañana para la huelga mundial para el futuro, convocada por todo el planeta para exigir una acción decisiva sobre el cambio climático.

Una procesión colorida, combativa y creativa, con rostros pintados con franjas de colores y letreros escritos a mano frecuentemente en inglés – ante quienes acusan este movimiento espontáneo y horizontal de no cuestionar al sistema capitalista responsable del desastre ambiental. La conciencia de que el sistema debe ser «volcado» fue muy clara en los eslóganes y carteles – «Change the system, not the climate», «Nos está robando el futuro», «Si no cambia, bloquearemos la ciudad» – junto con la ira hacia políticos inertes, pidiendo acción – «Si no es ahora, ¿cuándo? Si no somos nosotros, ¿quiénes?», «Respect existence or expect resistance» – y con toques irreverentes – «La Tierra tiene 4 mil millones de años. Respeten a los ancianos», «Menos Salvini, más jardines» y «The planet is hotter than my boyfriend».

Se habla de cien mil personas, tal vez una estimación algo optimista, pero todavía había demasiada gente para entrar en Piazza Scala, el objetivo inicial de la procesión, que de hecho se extiende hasta Piazza Duomo. Una nueva generación se está levantando, decidida a poner la lucha contra el cambio climático en el centro de la agenda política. Es consciente de su fuerza, no se deja engañar por los vagos discursos y los intentos de explotación y tiene una imagen clara por la que movilizarse: queremos nuestro futuro.


Traducido del italiano por Michelle Oviedo