El 10 de enero, entrevistamos a uno de los migrantes gambianos que viven en el Sprar (sistema de protección para solicitantes de asilo y refugiados) en Roscigno, provincia de Salerno. Su nombre es Musa Fatajo, conocido como DJ Fata. Nacido en Brikama en 1993, creció en la región occidental de Gambia.

¿Por qué dejó su país?

Por la pobreza y el brutal régimen dictatorial del ex presidente Yahya Jammeh, quien había estado en el poder durante 22 años. No había libertad de expresión, había riesgo de tortura y encarcelamiento sin el debido proceso. Tenía miedo de ser capturado o encarcelado, así que en abril de 2015 decidí irme a Europa.

¿Cómo fue su viaje?

Muy duro y peligroso. Cruzamos Senegal, Malí, Burkina Faso, Níger y el desierto del Sahara, donde pasé 4 días antes de llegar finalmente a Libia. En el desierto hemos encontrado muchas dificultades, como la tortura por parte de la policía libia y los secuestradores. Pasé 3 meses entre Sabaha y Trípoli, donde me maltrataron. Sentí que mi vida estaba en peligro y al final pagué 500 dinares a un árabe para ayudarme a cruzar el Mediterráneo. En el barco éramos 93 y pasamos 13 horas en el mar antes de ser salvados por el rescate italiano.

¿Cómo te encuentras ahora en Italia?

Desde que llegué, mi vida ha cambiado para mejor, tanto por la salud como por los sueños y esperanzas que puedo cultivar. Tengo libertad de expresión y de circulación aquí, que me faltaba en mi país. También he hecho muchos amigos italianos, ingleses, etc. que me animan a seguir mis metas y objetivos.

¿Cuál es su sueño?

En Gambia era promotor musical. Para mí, la música es una forma de transmitir información a los oyentes, hacerlos felices, entretenerlos y relajarlos. Ahora me gustaría continuar con esta actividad. Me gustaría convertirme en el mejor DJ de Europa… y quizás del mundo… y espero que alguien me ayude a realizar este gran sueño.