Los Jefes de Estado y los Ministros de Asuntos Exteriores firmarán mañana, 20 de septiembre de 2017, el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares, mientras la Asamblea General de las Naciones Unidas se inaugura en Nueva York.

Con las tensiones que siguen aumentando entre Estados Unidos y Corea del Norte, el riesgo de utilizar armas nucleares -con todas las devastadoras consecuencias humanitarias que ello implicaría- es mayor que nunca. En la Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente estadounidense Trump dijo: «Si Estados Unidos se ve obligado a defenderse, no tendremos otra opción que destruir totalmente a Corea del Norte».

En este contexto, la firma del Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares será una forma poderosa para que los Estados de todo el mundo adopten una postura contra las armas nucleares y ofrezcan a la comunidad internacional una forma de librar al mundo de este arma inhumana e inaceptable.

“Durante décadas, las armas nucleares han sido las únicas armas de destrucción masiva que aún no han sido prohibidas a pesar de su inmenso poder destructivo y ser una gran amenaza para la humanidad, y los estados con armas nucleares siguen amenazando con usarlas para borrar nuestras ciudades y a cientos de miles de civiles. Hoy los estados firmantes del tratado demostrarán su compromiso con un mundo sin armas nucleares convirtiéndolas en ilegales», dijo Beatrice Fihn, Directora Ejecutiva del ICAN.

El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares prohíbe el uso, la amenaza de uso, la producción, el desarrollo, el despliegue y los ensayos de armas nucleares; prohíbe toda actividad ilegal y exige la prestación de asistencia a las víctimas y la reparación de las tierras contaminadas mediante el uso y los ensayos de armas nucleares. Con la adopción del TPNW, las armas nucleares se unen finalmente a las armas biológicas y químicas como armas de destrucción masiva declaradas ilegales por el derecho internacional.

Se espera que alrededor de 45 estados firmen el tratado el día de la apertura, y se espera que más estados lo firmen en los próximos días de la Asamblea General de la ONU. El tratado entrará en vigor tras la 50ª ratificación.

«Este Tratado es el principio del fin de las armas nucleares», dijo Setsuko Thurlow, sobreviviente del bombardeo atómico de Hiroshima en 1945. Para aquellos de nosotros que hemos sobrevivido al uso de armas nucleares, este Tratado nos da esperanza», continuó.

El tratado surgió de un proceso que ha vuelto a centrar la atención del mundo en los riesgos de las armas nucleares, debido a que éstas pueden destruir ciudades enteras, dañar a las personas y contaminar la tierra durante generaciones. El tratado entrará en vigor tras la 50ª ratificación.

Las negociaciones del tratado fueron boicoteadas por estados con armas nucleares, que intentaron frustrar el proceso sin éxito. A pesar de su ausencia, este tratado es un claro indicio de que la mayoría del mundo ya no acepta las armas nucleares, y crea una nueva norma que puede servir de base para su eliminación. Como ha sucedido con tratados anteriores de prohibición de armas, incluidos los que prohíben las minas terrestres antipersonal y las municiones en racimo, una nueva norma internacional sólida puede conducir a cambios concretos en las políticas y los comportamientos, incluso en los Estados que no son parte en el tratado.