Los medios italianos han presentado la victoria de Pablo Iglesias en el Congreso de Podemos como un giro a la izquierda, como el triunfo de una línea radical sobre la línea más moderada de su rival Iñigo Errejón, pero ¿es esto realmente así? Hablamos con Gabriela Amaya, editora de Pressenza en Madrid.

¿Errejón es realmente más moderado que Iglesias y está dispuesto a una alianza con el PSOE? Y, si las cosas no son así, ¿cómo lo definirías?

Si hablamos de revolucionario desde las posiciones clásicas de derecha e izquierda, de bandos en confrontación permanente que se necesitan y se necesitan “luchando” para seguir subsistiendo uno y otro, o de formas combativas, entonces puede encajar la imagen que se da en muchos medios españoles y extranjeros de que Iglesias es mucho más radical, si además por radical se entienden posiciones ligadas al marxismo.

Pero, si hablamos de una transformación más profunda de la sociedad, de valores nuevos, de formas de hacer nuevas y de construir una nueva realidad a la altura del ser humano, me parece que Iñigo Errejón está más cerca y es el revolucionario. Y algunos medios  y el sector de Pablo Iglesias saben de ese peligro. Esto unido a las ansias de poder, ha hecho que se haya orquestado una campaña despiadada –aunque presentada en tono edulcorado- contra Errejón, en la que han intervenido Pablo Iglesias y un grupo de los personajes más cercanos a él, junto a ciertos grandes medios de comunicación.

Sobre la posible alianza con el PSOE, fue el mismo Iglesias quien anunció públicamente su interés en conformar un gobierno con los socialistas. Pero estos optaron por un acuerdo con Ciudadanos, partido de corte conservador.

¿Cuáles son, en tu opinión, las diferencias reales entre las propuestas y las líneas políticas presentadas por los dos miembros de Podemos?

Los grandes medios españoles y extranjeros han simplificado en exceso las posiciones y han encuadrado a los personajes en categorías estereotipadas y clásicas. Esto ya ocurrió cuando surgió el Movimiento de los Indignados o 15M. Pero, en realidad, podemos ubicar a Pablo Iglesias en una posición que podemos definir como de izquierda tradicional marxista, asociada circunstancialmente con el troskismo (Anticapitalistas) porque a ambos grupos les interesa. Es una forma que, por cierto, en España tiene dificultades para romper con cierto techo de votos cuando llegan las elecciones.

Esta posición va asociada también a la ubicación de Iglesias y otros líderes de su corriente. Me refiero a la posición de “salvacionistas” de la población. Creen en los personajes, a los cuales se les supone inteligencia o cualidades por encima de la media. Y esto lo pudimos ver al presentarse Pablo como candidato a la secretaría general. No explicó proyectos, únicamente dijo el nombre y apellidos de algunos “notables” que conformarán su nuevo equipo.

Mientras que Errejón y la corriente que representa tienen como aspiración los ideales del 15M. De hecho, muchos de sus miembros vienen de aquel movimiento.  Defienden, por ejemplo, la famosa transversalidad de la que tanto se ha hablado en estos días y que tanto han degradado algunos. Ya el 15M y el mismo Podemos en sus comienzos decían “no somos de izquierdas ni de derechas”, buscando conectar y representar a la gran mayoría de la población que está siendo estafada por esa minoría que les roba para hacerse cada día más rica. Y plantean que para ello, para poder echar a los poderosos, Podemos ha de ser transversal, necesita conectar con esa gran mayoría, superando los esquemas clásicos de izquierda y derecha, consensuando acuerdos y acciones con otras organizaciones.

En esa dirección, defienden la horizontalidad en su estructura interna y en las relaciones con otros; además defienden la democracia directa interna y afuera o la noviolencia como metodología, entre otros principios. Se trata de una corriente que defiende el trabajo en la base y en equipo. Y que pone el acento en la construcción de una nueva realidad más que en la denuncia. Por cierto, hemos podido constatar el buen trato entre ellos y con otros.

En la misma línea, otro dato. Iglesias y otros miembros afines a él han hecho declaraciones sobre Errejón muy duras aunque con formas blandas a veces, mientras que Errejón y los suyos han mantenido un tono pulcro. Creo que Errejón y algunos otros han comenzado a comprender en los últimos días la traición que les han orquestado.

¿Por qué, en tu opinión, la base de Podemos adjudicó una victoria tan abrumadora a Iglesias?

Primero, Errejón no se presentó porque, en realidad, no quería quitarle el liderazgo a Iglesias. Algo que Iglesias y los suyos se empeñaban en decir para justificar lo que han hecho.

En segundo lugar, una parte de la base de Podemos quiere seguir creyendo en el proyecto y se ha agarrado al grito más escuchado en el congreso, unidad. Creo que no son capaces de plantearse lo que está ocurriendo; algo comprensible porque se les rompe la esperanza.

Y hay otra parte que no se ha querido contar públicamente y es que buena parte de los afiliados a Izquierda Unida (Partido Comunista) se han incluido en Podemos y han votado a Iglesias, del mismo modo que lo han hecho el sector Anticapitalistas (troskistas) que apoyan en este momento también a Iglesias, sin duda por tener sensibilidades cercanas.

Otro dato de cómo han cambiado las cosas en Podemos, mientras que antes en el equipo directivo había un buen número de personas procedentes del 15M, ahora toda la gente cercana al secretario general, Iglesias, proceden del Partido Comunista o Izquierda Unida (la formación de la que es parte el PCE)

¿Qué perspectivas ves  ahora en España de una alternativa política y social real a los partidos tradicionales?

Es cierto que es complicado que una fuerza crezca a la velocidad que lo hizo Podemos,  cuyos creadores supieron “montarse”  muy inteligentemente sobre el fenómeno y la estructura del 15M, pero no todo es Podemos.

En España, están los Ayuntamientos del Cambio, en cuyos gobiernos participan miembros procedentes de lo se llamaron las “mareas”, del mismo 15M, etc. Está Ada Colau en Barcelona que surgió también de otro colectivo de base, la Plataforma de Afectados por las Hipotecas; está Compromís en la Comunidad Valenciana…  Y también está la posibilidad de que los errejonistas a futuro conformen otra formación política. Hay muchas posibilidades abiertas.

¿Qué futuro ves para los ciudadanos y para los movimientos de base, que en los últimos años  han movilizado a tanta gente?

Esos movimientos, no creo que corran peligro con el cambio de dirección de Podemos. En realidad, no fue la izquierda tradicional la que estaba detrás de todos esos movimientos. No, la izquierda tradicional estaba moribunda y lo que ha ocurrido es que ésta vio una oportunidad, de la cual se ha aprovechado, para momentáneamente volver a reanimarse. Y lo ha hecho apropiándose de un proyecto nuevo, Podemos. Eso es lo que ha ocurrido.

Pero, en paralelo, muchos de aquellos que estaban movilizados o se han movilizado en el camino, han seguido trabajando sin parar. Por ejemplo, todo el movimiento que defiende la Sanidad Pública o la misma Plataforma de Afectados por las Hipotecas, que han conseguido frenar el desastre que llevó a la calle a miles de familias y que tantos suicidios, enfermedades graves y desastre han generado, así como muchas otras organizaciones, han seguido su labor.

Por otro lado, creo que se necesita seguir incentivando el acercamiento y fortalecimiento de relaciones entre distintos colectivos de base y trabajar de tú a tú buscando lo que une y lo que se tiene en común para ir construyendo nuevas realidades en distintos campos. Y lo más importante desde ese trabajo en la base, es fundamental cuestionarse, con mucha libertad,  creencias y modelos tanto personales como colectivos, y buscar herramientas que nos ayuden a ganar en fe en el futuro.

Recuerdo un gran cartel durante la acampada del 15M en Sol, en el que se decía algo parecido a esto “somos el 99% que está abajo, si nos movemos hacia un lado, el 1% que está sobre nuestro hombros… caerá”. Es una de las primeras creencias que necesitamos hacer nuestra. Por otra parte, ya está aquí otro mundo, que llega de la mano de las nuevas tecnologías; un mundo en el habrá cada día menos empleo al tiempo que habrá más riqueza. La clave, estará entonces en el reparto justo de la riqueza, una riqueza que es de todos. Está aquí ya la posibilidad real de que la humanidad pueda vivir con condiciones de vida digna y ganar en libertad notablemente.

Como ves, las cosas se ponen muy interesantes y aquí en España hay algunos movimientos que también están trabajando en esa línea… Sólo tenemos que romper el velo de ciertas creencias, que nos tienen ciegos, y despertar.

Lo que hemos vivido estos días es un síntoma más del sistema que se resiste a caer, un intento de vuelta atrás que no podrá parar a las nuevas generaciones. El futuro está abierto y está por construir.