La Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN) condena enérgicamente el ensayo nuclear anunciado por Corea del Norte el 6 de enero.

La RPDC justifica la supuesta prueba de la bomba de hidrógeno como una forma de proteger a su país de un posible ataque de los EE.UU. La prueba de la RPDC alimenta la equivocada y peligrosa idea de que la amenaza de las armas nucleares es un medio eficaz de disuasión.

Las armas nucleares son inaceptables en su naturaleza. Su uso inflige daño indiscriminado y bárbaro en los seres humanos, y produce desastrosos impactos ambientales.

La nueva prueba de la RPDC es otro indicio de la incapacidad del actual régimen nuclear para evitar que los estados se lancen a la búsqueda, a la posesión o modernización de las armas nucleares. La ausencia de una norma clara que prohíba las armas nucleares ha persuadido a algunos estados a creer que poseerlas y usarlas como amenaza es, de alguna manera, todavía legítimo. Esto podría conducir a una nueva carrera más peligrosa que aquella que enfrentamos durante la Guerra Fría.

«La escalada de las tensiones entre los estados con armas nucleares está levantando preocupación sobre una nueva carrera armamentista. Pero a diferencia de la Guerra Fría, esta vez implicaría un mayor número de actores e inestables y volátiles regiones. El riesgo de uso o accidente con armas nucleares va en aumento», dijo Beatrice Fihn, Directora Ejecutiva de ICAN.

Las armas nucleares son irresponsables medios de hacer la guerra y su uso y posesión es un acto cruel que debe ser condenado por la comunidad internacional en su conjunto. La condena debe ser seguida por el desarrollo de una prohibición internacional de las armas nucleares, similar a las prohibiciones de las armas químicas y biológicas.

En febrero de 2016, los estados se reunirán en Ginebra para llevar a cabo conversaciones para desarrollar una nueva ley sobre armas nucleares.

«Todos los estados responsables deben negociar una nueva ley sobre armas nucleares, tomar una posición clara en contra de la posesión y la dependencia de esta arma de destrucción masiva, y desarrollar una prohibición inequívoca de las armas nucleares», concluyó Fihn.

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